miércoles, 15 de febrero de 2017

MISA Febrero 15, SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES




MISA  Febrero 15,   SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
Daré gracias al Señor toda mi vida
Miércoles Febrero 15
Feria del Tiempo Ordinario: Miércoles de la 6a. semana

Antífona de Entrada Si conservaras el recuerdo de nuestras faltas, Señor, ¿quién podría resistir? Pero tú, Dios de Israel, eres Dios de perdón.

Oración Colecta
Oremos: Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos disponga y nos acompañe, de manera que estemos siempre dispuestos a obrar el bien.
Por nuestro Señor Jesucristo… Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis (8, 6-13. 20-22)

Cuarenta días después de que las aguas del diluvio habían ido bajando y ya se veían las cimas de los montes, Noé abrió la ventana que había hecho en el arca y soltó un cuervo. Este anduvo yendo y viniendo, hasta que se secó el agua en la tierra. Después soltó Noé una paloma, para ver si ya se había secado el agua sobre la superficie de la tierra. La paloma no encontró en dónde posarse y volvió al arca, porque aún había agua sobre la superficie de la tierra. Noé estiró el brazo, la tomó y la metió en el arca. Esperó otros siete días y volvió a soltar la paloma, que regresó al atardecer con una hoja de olivo en el pico. Noé comprendió que el agua sobre la tierra era ya muy poca. Esperó otros siete días y soltó otra vez la paloma, la cual ya no regresó. El primer día del primer mes del año seiscientos uno se secó el agua en la tierra. Noé levantó la cubierta del arca y vio que la tierra estaba ya seca. Entonces salió del arca y construyó un altar al Señor; tomó animales y aves de toda especie pura y los ofreció en holocausto sobre el altar. Cuando el Señor aspiró la suave fragancia de las ofrendas, se dijo: “No volveré a maldecir la tierra a causa del hombre. Es cierto que el corazón humano se inclina al mal desde su infancia, pero yo no volveré a exterminar a los vivientes, como acabo de hacerlo. Mientras dure la tierra, no han de faltar siembra y cosecha, frío y calor, verano e invierno, día y noche”.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial
Salmo 115
Daré gracias al Señor toda mi vida.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor.
Daré gracias al Señor toda mi vida.

A los ojos del Señor es muy penoso que mueran sus amigos. De la muerte, Señor,  me has librado,  a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava.
Daré gracias al Señor toda mi vida.

Cumpliré mis promesas  al Señor  ante todo su pueblo, en medio de su templo santo, que está en Jerusalén.
Daré gracias al Señor toda mi vida.

Miércoles Febrero 15

Cumpliré mis promesas al Señor
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Que el Padre de nuestro Señor Jesucristo ilumine nuestras mentes, para que podamos comprender cuál es la esperanza que nos da su llamamiento.
Aleluya.
Evangelio

† Lectura  Evangelio Marcos (8, 22-26)
Gloria a ti, Señor.

 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a Betsaida y enseguida le llevaron a Jesús un ciego y le pedían que lo tocara. Tomándolo de la mano, Jesús lo sacó del pueblo, le puso saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntó: “¿Ves algo?” El ciego, empezando a ver, le dijo: “Veo a la gente, como si fueran árboles que caminan”. Jesús le volvió a imponer las manos en los ojos y el hombre comenzó a ver perfectamente bien: estaba curado y veía todo con claridad. Jesús lo mandó a su casa, diciéndole: “Vete a tu casa, y si pasas por el pueblo, no se lo digas a nadie”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXION Evangelio Marcos (8, 22-26)

Acerquémonos de rodillas a contemplar el corazón de Jesús. Un corazón lleno de entrañas de misericordia; paciente y benigno para con todos. Un corazón colmado de ternura, de amor y de perdón. Estamos ante el corazón que pasó haciendo el bien a todos, ante Aquel que hizo que los ciegos adquiriesen la vista y que los cojos caminasen, que los muertos resucitasen…, acerquémonos a ese corazón y digámosle: "¡Haz que pueda ver!". Dile a Cristo: "Reconozco que estoy necesitado de salvación. Haz que vea el pecado que me encadena, pero sobre todo, Señor, haz que vea tu gran amor, tu inmensa misericordia. Abre mis ojos a la luz de la fe, para que ella ilumine siempre el camino de mi vida". Así como el ciego tuvo un contacto personal con Cristo, así nosotros tratemos de hacer la experiencia del Señor. Dejemos que Él toque nuestra voluntad, que nos tome de la mano, como lo hizo con el ciego, que Jesús nos saque del pueblo de nuestro egoísmo, para convertirnos así en verdaderos discípulos suyos. Contemplemos la docilidad del ciego. No se cuestionó por qué Jesús le puso saliva, o por qué el Señor no lo curó de forma inmediata. Seamos como este hombre y aceptemos la voluntad de Dios con sencillez.

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, las súplicas de tus fieles junto con estas ofrendas que te presentamos, para que, lo que celebramos con devoción, nos lleve a alcanzar la gloria del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Prefacio Común VII
Cristo, huésped y peregrino en  medio de nosotros
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones. Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu Santo, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu Reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor. Por estos dones de tu benevolencia unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:

Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión Cuando el Señor se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. 

Oración después de la Comunión
Oremos: Señor, suplicamos a tu majestad que así como nos nutres con el sagrado alimento del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, nos hagas participar de la naturaleza divina. Por Jesucristo, nuestro Señor.  Amén

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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan  oraciones.
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