
MISA Septiembre 4, SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
Liturgia Viva del Lunes de la 22ª semana de Tiempo Ordinario
Lunes, 4 de septiembre de 2017
HOY ES EL TIEMPO DE GRACIA
Introducción
Evangelio: Desde hoy hasta el comienzo del Adviento, leeremos el evangelio de Lucas, el evangelista que presta especial atención al Espíritu Santo, a la misericordia de Dios, a la especial preocupación de Jesús por los pobres, al papel de las mujeres en la vida de Jesús, y a la liturgia. Lucas presenta su evangelio en la forma de un viaje que comienza en Nazaret (Galilea) y que acaba en Jerusalén. Hoy oímos el comienzo de la así llamada “vida pública” de Jesús, el programa de su misión fijado por el Espíritu. Él anuncia la salvación, que comienza “hoy” con su predicación y su trabajo en medio del pueblo. — Para nosotros también, el tiempo de gracia es “hoy”, en nuestro tiempo, con el Señor que vive y trabaja ahora entre nosotros.
Oración Colecta
Oh Dios, Padre de misericordia y amor:
Tú designas a tu Hijo para anunciarnos que “hoy” es el tiempo de gracia.
Ojalá venga hoy su Espíritu sobre nosotros, para que en la pobreza de nuestros corazones sepamos oír el conmovedor mensaje de Jesús; y para que, ciegos como somos, nos dé ojos de fe, y nos libere de la cautividad de nuestros miedos y de nuestro egoísmo. Te lo pedimos en nombre de Jesús el Señor.
Lecturas del Lunes de la 22ª semana de Tiempo Ordinario
Lunes, 4 de septiembre de 2017
Primera lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (4,13-18):
No queremos que ignoréis la suerte de los difuntos para que no os aflijáis como los hombres sin esperanza. Pues si creemos que Jesús ha muerto y resucitado, del mismo modo, a los que han muerto, Dios, por medio de Jesús, los llevará con él. Esto es lo que os decimos como palabra del Señor: Nosotros, los que vivimos y quedamos para cuando venga el Señor, no aventajaremos a los difuntos. Pues él mismo, el Señor, cuando se dé la orden, a la voz del arcángel y al son de la trompeta divina, descenderá del cielo, y los muertos en Cristo resucitarán en primer lugar. Después nosotros, los que aún vivimos, seremos arrebatados con ellos en la nube, al encuentro del Señor, en el aire. Y así estaremos siempre con el Señor. Consolaos, pues, mutuamente con estas palabras. Palabra de Dios
Salmo
Salmo responsorial Sal 95,1.3.4-5.11-12a.12b-13
R/. El Señor llega a regir la tierra
Cantad al Señor un cántico nuevo,
cantad al Señor, toda la tierra.
Contad a los pueblos su gloria,
sus maravillas a todas las naciones. R/.
Porque es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más temible que todos los dioses.
Pues los dioses de los gentiles son apariencia,
mientras que el Señor ha hecho el cielo. R/.
Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar
y cuanto lo llena; vitoreen los campos
y cuanto hay en ellos. R/.
Aclamen los árboles del bosque,
delante del Señor, que ya llega, ya llega
a regir la tierra: regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,16-30):
En aquel tiempo, fue Jesús a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista; para dar libertad a los oprimidos, para anunciar el año de gracia del Señor.» Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él.
Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.» Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.
Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»
Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo" y' "haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún".»
Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos habla en Israel en tiempos de] profeta Elíseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»
Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Palabra del Señor
REFLEXIÓN evangelio según san Lucas (4,16-30)
Es muy común preguntar a los niños pequeños: ¿qué quieres ser cuando seas grandes? Y para orgullo de los padres los niños responden: "quiero ser como mi papá". Si esta misma pregunta se la hiciéramos a Cristo durante su vida oculta en Nazaret, no cabe duda que respondería que Él sería lo que su Padre ha pensado para Él desde siempre. Prueba de ello es la respuesta que dio a su madre angustiada cuando se perdió en el templo: "pero no sabíais que debo ocuparme en las cosas de mi Padre", no debería haber motivo de preocupación por mi ausencia.
En nuestra vida como cristianos todos tenemos una misión muy concreta que realizar. Cristo desenrolló las escrituras (porque estaban en forma de pergaminos) y encontró justamente aquello que Dios Padre deseaba de Él. "Anunciar la Buena Nueva, proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor". Todo esto lo cumplió Jesús a lo largo de su vida terrena y aunque algunos se empeñaban en no abrir su corazón a las enseñanzas de Cristo, como es le caso de los escribas y fariseos. A pesar de su obstinada actitud Cristo no desmayó en su esfuerzo por predicarles la ley del amor.
Intenciones.
- Señor, da sana elocuencia y mucho valor a todos nuestros maestros y líderes en la Iglesia, para que, como seguidora de la misión de Jesús, la entiendan y la proclamen como Buena Noticia de liberación para todos, roguemos al Señor.
- Señor, abre nuestros ojos a las miserias de nuestro pueblo; haznos sensibles y preocupados por los que se sienten encarcelados y atrapados por sus temores y por la injusticia, roguemos al Señor.
- Señor, haznos receptivos a tu palabra. Líbranos tanto de nuestra mediocridad y de nuestros miedos, como de nuestras certezas y autosuficiencias, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro: Es quizás más fácil para nosotros aceptar a tu Hijo como nuestro Señor y Salvador
que para la gente que le conocía, allá en Nazaret, como el Hijo de José y María.
Ayúdanos a reconocerle aquí en medio de nosotros en estos signos de pan y vino.
Acepta esta ofrenda de nuestra fe por medio del mismo Jesucristo nuestro Señor.
Oración después de la Comunión
Oh Dios Padre nuestro: Tu Hijo Jesucristo está vivo entre nosotros por medio de sus palabras y de su cuerpo eucarístico.
Cólmanos con su Santo Espíritu, para que también nosotros, con él y en su nombre, sepamos llevar a los pobres su Buena Noticia de salvación, proclamar libertad a los cautivos, abrir los ojos de los ciegos, y liberar a los oprimidos.
Que ojalá sea éste para todos el tiempo de la gracia de Jesucristo nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Hoy, teniendo a Jesucristo vivo en nuestra comunidad, en medio de nosotros, deberíamos estar también dispuestos a decir con Jesús: “El Espíritu del Señor está sobre nosotros. Él nos envía a llevar la Buena Nueva a los pobres”.
Que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes.
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