MISA Febrero 3
SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
MIÉRCOLES 3
Santos: Blas de Sebaste, mártir; Óscar o Anscario de
Hamburgo, obispo, y
Berlinda de Meerbeke, laica. Feria (Verde)
ANTÍFONA DE ENTRADA (Lc 12, 42)
Éste es el siervo prudente y fiel, a quien el Señor puso
al frente de su familia.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que en tu inefable providencia elegiste a
san José por esposo de la santísima Madre de tu Hijo, concédenos tener como
intercesor en el cielo a quien veneramos como protector en la tierra. Por
nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
Del segundo libro de Samuel: 24, 2. 9-17
En aquellos días, el rey David dio a Joab y a los jefes
del ejército que estaban con él, esta orden: “Recorran todas las tribus de
Israel, desde la ciudad de Dan hasta la de Bersebá, para hacer el censo de la
población, a fin de que pueda yo saber cuánta gente tengo”.
Joab entregó al rey los resultados del censo: en Israel
había ochocientos mil hombres aptos para la guerra, y en Judá quinientos mil.
Pero a David le remordió la conciencia por haber mandado hacer el censo y dijo
al Señor: “He pecado gravemente; pero tú. Señor, perdona la culpa de tu siervo,
porque he cometido una gran locura”.
Aquella misma noche el Señor le habló al profeta Gad,
consejero de David, y le dijo: “Ve a ver a David y dile que yo, el Señor, le
mando decir esto: “Te propongo tres castigos Escoge uno y yo lo realizaré’”.
Por la mañana, Gad se presentó ante David y le preguntó:
“¿Qué castigo prefieres; tres años de hambre en tu territorio; tres meses de
huir, perseguido por tus enemigos; o tres días de peste en tus dominios?
Piénsalo y dímelo, para que pueda yo contestarle al Señor, que me ha enviado”.
David le respondió: “Estoy en un gran apuro. Pero prefiero
caer en manos de Dios, que es el Señor de la misericordia, que en manos de los
hombres”. Y escogió la peste.
Era la época de la cosecha del trigo, cuando el Señor
envió la peste sobre Israel, desde aquella misma mañana hasta el tiempo
señalado. Desde Dan hasta Bersebá murieron setenta mil hombres. Pero, cuando el
ángel del Señor había extendido ya su mano hacia Jerusalén, para desatar ahí la
peste, el Señor tuvo compasión y le dijo: “¡Basta ya! Retira tu mano”. En ese
momento, el ángel se hallaba cerca de Jerusalén, en los campos de Arauná, el yebuseo.
Entonces el rey David, angustiado por el exterminio, oró
así: “Soy yo, Señor, el que ha pecado; soy yo, el pastor, quien ha obrado mal.
¿Qué culpa tienen ellos, que son las ovejas?
Castígame, pues, a mí y a los míos”. Palabra de Dios. Te
alabamos, Señor.
David se vanagloria de su poderío militar. Su soberbia y
autosuficiencia le pervierten el corazón. El profeta Gad lo interpela y lo
anima a reconocer su extravío. El rey acepta la sentencia reprobatoria.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 31
R/. Perdona, Señor, nuestros pecados.
Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su
pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño. R/.
Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé,
Señor, mi gran delito y tú me has perdonado. R/.
Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te
invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden. R/.
ACLAMACIÓN (Jn 10, 27)
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco
y ellas me siguen. R/.
R/. Aleluya, aleluya.
LECTURA Evangelio Marcos capítulo 6, versículos 1 al 6
En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus
discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la
multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este
hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer
milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de
Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?”.
Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos
los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún
milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles
las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue
a enseñar en los pueblos vecinos. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Cuando Jesús retorna a Nazaret, se desata la envidia
pueblerina. Sus vecinos y parientes se incomodan al saber que alguien, de
origen humilde, realiza señales y congrega a numerosos discípulos.
REFLEXION Evangelio Marcos
capítulo 6, versículos 1 al 6
La predicación de Cristo era entonces acogida con
entusiasmo. Lo vemos rodeado por muchedumbres, buscado, querido, aclamado...
Pero en su tierra no fue así. Y el mismo Cristo se admiraba de su incredulidad.
“Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron”, leemos en el prólogo del
Evangelio de san Juan.
Cristo viene a nosotros cada día. Baja al altar, en
tantos rincones del mundo, en las manos del sacerdote necesitado, en el pobre,
en el triste. Viene en esa voz interior que a veces escuchamos, la que se hace
pan para estar junto a nosotros, viene a nosotros en nuestro prójimo, en él nos
invita a ser más nobles y generosos, a cambiar algunos detalles de nuestra
vida. Nos habla a través de nuestros sacerdotes, en la palabra del Papa y de
nuestros obispos.
Cristo sale a nuestro encuentro de una y mil formas.
Quiere encontrarnos, hablarnos, tocar nuestra vida. Que nos conceda la gracia
de saber reconocerle y recibirle, dejarle entrar hasta el fondo. Vino a los
suyos, - los suyos somos nosotros - y los suyos queremos agradecerle con amor.
Propósito
Reconocer y honrar diariamente a Jesús, que se me
manifiesta continuamente en la oración. Antes de tomar una decisión importante
me preguntaré cuál es el ejemplo que Jesucristo me da en el Evangelio para
tratar de imitarlo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Por intercesión de san José, a quien confiaste la misión
de cuidar de tu Unigénito como padre, te pedimos, Señor, que nos concedas poder
ofrecerte dignamente este sacrificio de alabanza. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Mt 25, 21)
Muy bien, siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu
Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Renovados con este sacramento que da vida, te rogamos,
Señor, que nos concedas vivir para ti en justicia y santidad, a ejemplo y por
intercesión de san José, el varón justo y obediente que contribuyó con sus
servicios a la realización de tus grandes misterios. Por Jesucristo, nuestro
Señor.
OTRAS REFLEXIONES AL EVANGELIO DE HOY
REFLEXION Evangelio Marcos
capítulo 6, versículos 1 al 6
La bella celebración de ayer tiene sus pequeños
inconvenientes. Uno es que ha interrumpido nuestro acercamiento continuo al
evangelio según san Marcos. Retomamos hoy esa lectura, que ayer nos habría
hecho testigos de los encuentros de Jesús con la hija de Jairo y con la mujer
que llevaba años sufriendo flujos de sangre.
Hoy el escenario es otro, y bien relevante: Jesús retorna
a su pueblo, al encuentro con los suyos. Mirando lo que pasa en nuestros
pueblos y ciudades cabe imaginarse qué habría sido de Nazaret si Jesús hubiera
sido un Mesías de otro tipo: placas, estatuas, museos, fundaciones, premios…
Todo el mundo se habría apuntado a reivindicar su legado, a hacerlo suyo, a
presumir de su relación con él. Pero la reacción de sus vecinos fue otra.
Se trata de algo que puede interpretarse de muchos modos.
Uno de ellos parece bien razonable: la autoridad de Jesús y su capacidad de
‘hacer milagros’ no encajan en los esquemas, en las pre-comprensiones de los
habitantes de Nazaret: ¿Cómo va a ser el Mesías el hijo de María, el
carpintero, el pariente de Santiago, José, Judas y Simón?
Casi todos tendemos a ello. Definimos con rapidez y
facilidad cómo pueden ser las cosas, hasta dónde pueden llegar las personas, a
qué podemos aspirar. ¿Y si Dios quiere plantearnos algo distinto (como hace tantas veces)? La
Historia de la Salvación abunda en esos gestos inesperados del Padre: ¿quién
habría esperado de Moisés, de David, de María, de Pablo, de Pedro, lo que el
Espíritu hizo en y con ellos? No digamos si extendemos la lista a la posterior
historia de los discípulos.
Muchos discípulos de Jesús vamos dejando de confrontarnos
con el Decálogo. Quizá debamos volver a hacerlo más. ¿Qué significa la
invitación a no tomar el nombre de Dios en vano? ¿Cómo traducir en nuestra vida
de hombres y mujeres del siglo XXI la llamada a dejar a Dios ser Dios, a
reconocer su majestad y soberanía? ¡Cuántas sorpresas nos llevaremos el día de
la manifestación gloriosa y definitiva de Jesucristo! Sí, sí, del hijo de
María, del carpintero, del Señor de la Gloria.
Bendición Hermanos:
Hemos escuchado hoy a Jesús: Que su palabra no caiga en oídos sordos. Y que no
la guardemos sólo para nosotros mismos, sino que la compartamos con los demás
como un reto para crear todos juntos una comunidad en la que imperen la
justicia, la fraternidad y el amor.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre,
hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
Abra por favor la
siguiente pagina WEB
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Su petición será
publicada en nuestras páginas WEBS
P.D. No olvide que
hay hermanos que también necesitan
oraciones, cuando sea menester ayúdenos con sus oraciones.
Cursillista M. E. Winston Pauta Avila
Guayaquil -
Ecuador
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