lunes, 1 de febrero de 2016

MISA Febrero 2 SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES


MISA  Febrero  2  SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
MARTES 2
La Presentación del Señor
Nuestra Señora de San Juan de los Lagos.
Santos: Beato Simón Fidati de Casia, presbítero. Fiesta (Blanco)
LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
BENDICIÓN DE LAS VELAS Y PROCESIÓN

Primera forma: Procesión
1. A una hora conveniente, se reúnen los fieles en algún lugar adecuado, fuera del templo donde va a efectuarse la procesión. Los fieles sostienen en sus manos las velas apagadas.
2. El sacerdote, revestido de blanco, como para la misa, se acerca, junto con los ministros, al lugar donde el pueblo está congregado. En lugar de la casulla, puede usar la capa pluvial durante la bendición de las velas y la procesión.
3. Mientras encienden las velas, se canta la antífona siguiente u otro cántico apropiado.
Nuestro Señor vendrá con gran poder, e iluminará los ojos de sus siervos, aleluya.
4. El sacerdote, después de saludar a los fieles en la forma acostumbrada, les explica brevemente el significado del rito y los exhorta a participar en él, activa y conscientemente.
Lo puede hacer con estas palabras u otras parecidas:
Hermanos, hace cuarenta días celebramos con júbilo el nacimiento del Señor. Hoy también la Iglesia está de fiesta al celebrar el día en que Jesús fue presentado en el templo por María y José.
El Señor quiso sujetarse a este rito para cumplir con las exigencias de la ley, pero, sobre todo, para manifestarse al pueblo que lo esperaba.
Impulsados por el Espíritu Santo, fueron al templo aquellos dos ancianos, Simeón y Ana, e iluminados por el mismo Espíritu, reconocieron al Señor y lo anunciaron a todos con entusiasmo.
También nosotros, que formamos el pueblo de Dios por la gracia del Espíritu Santo, vayamos al encuentro de Cristo en la casa de Dios.
Hallaremos al Señor en la Eucaristía mientras esperamos su venida gloriosa.
5. Después de la exhortación, el sacerdote bendice las velas, diciendo con las manos juntas:
Oremos:
Dios nuestro, fuente y principio de toda luz, que concediste al justo Simeón contemplar a Cristo, luz destinada a iluminar a todas las naciones, bendice estas velas con las que tus fieles van a ir a tu encuentro en medio de himnos de alabanza, y escucha su oración a fin de que por el camino del bien puedan llegar a la luz inextinguible. Por Jesucristo, nuestro Señor. R/. Amén.
Y rocía las velas con agua bendita, sin decir nada.
6. El sacerdote toma entonces la vela destinada a él e inicia la procesión, diciendo:
Vayamos ahora alegres al encuentro del Señor.
7. Durante la procesión se canta la antífona siguiente, o algún canto apropiado.
R/. Cristo es la luz enviada para iluminar a las naciones y para gloria de Israel.
Ahora, Señor, ya puede morir en paz tu siervo, según tu promesa. R/.
Porque mis ojos han visto a tu salvador. R/.
Al Salvador a quien has puesto a la vista de todos los pueblos. R/.
8. Al entrar la procesión en el templo, se canta la Antífona de entrada de la misa. Al llegar al altar, el sacerdote hace la debida reverencia y, si se cree conveniente, lo inciensa. Luego se dirige a la sede, en donde se quita la capa pluvial (si la usó en la procesión) y se pone la casulla. Ahí mismo, después de que se ha cantado el Gloria, dice la Oración Colecta como de ordinario. Prosigue luego la misa de la manera acostumbrada.

Segunda forma: Entrada solemne
9. Los fieles se reúnen en el templo, teniendo las velas en sus manos. El sacerdote, revestido de ornamentos blancos, va en compañía de los ministros y de una representación de los fieles a un sitio adecuado, ya sea ante la puerta del templo o en el interior del mismo, en  donde, por lo menos una gran parte de los fieles, puedan participar cómodamente de la ceremonia.
10. Al llegar el sacerdote al sitio escogido para la bendición de las velas, se encienden éstas, y se canta la antífona ‘Nuestro Señor vendrá con gran poder’ (cfr. n. 3, p. 443 MR), u otro cántico apropiado.
11. En seguida el sacerdote, después del saludo al pueblo y de la breve exhortación, bendice las velas, como se indica en los nn. 4-5; se efectúa luego la procesión con los cánticos, como en los nn. 6-7. Para la misa se observa lo indicado en el n. 8.

LA MISA

ANTÍFONA DE ENTRADA (Sal 47, 10-11)
Recordaremos, Señor, los dones de tu amor en medio de tu templo. Que todos los hombres de la tierra te conozcan y te alaben, porque es infinita tu misericordia.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, mira a tus fieles reunidos hoy para celebrar la presentación en el templo de tu Hijo Jesucristo, y concédenos que podamos presentarnos ante ti plenamente renovados en el espíritu.
Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
De la carta a los hebreos: 2, 14-18
Hermanos: Todos los hijos de una familia tienen la misma sangre; por eso, Jesús quiso ser de nuestra misma sangre, para destruir con su muerte al diablo, que mediante la muerte, dominaba a los hombres, y para liberar a aquellos que, por temor a la muerte, vivían como esclavos toda su vida.
Pues como bien saben, Jesús no vino a ayudar a los ángeles, sino a los descendientes de Abraham; por eso tuvo que hacerse semejante a sus hermanos en todo, a fin de llegar a ser sumo sacerdote, misericordioso con ellos y fiel en las relaciones que median entre Dios y los hombres, y expiar así los pecados del pueblo. Como Él mismo fue probado por medio del sufrimiento, puede ahora ayudar a los que están sometidos a la prueba. Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Jesús, el Verbo de Dios, se encarna para asemejarse en todo a nosotros. Conoce el dolor y el sufrimiento propios de los mortales para solidarizarse desde abajo con cuantos sufren y se duelen.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 23
R/. El Señor es el rey de la gloria.

¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! R/.
Y ¿quién es el rey de la gloria? Es el Señor, fuerte y poderoso, el Señor, poderoso en la batalla. R/.
¡Puertas, ábranse de par en par; agrándense, portones eternos, porque va a entrar el rey de la gloria! R/.
Y ¿quién es el rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos, es el rey de la gloria. R/.

ACLAMACIÓN (Lc 2, 32)
R/. Aleluya, aleluya.
Tú eres, Señor, la luz que alumbra a las naciones y la gloria de tu pueblo, Israel. R/.
R/. Aleluya, aleluya.
EVANGELIO

LECTURA Evangelio Lucas capítulo  2, versículos 22 al 40
Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley:
Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, mun par de tórtolas o dos pichones.
Vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, varón justo y temeroso de Dios, que aguardaba el consuelo de Israel; en él moraba el Espíritu Santo, el cual le había revelado que no moriría sin haber visto antes al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo, y cuando José y María entraban con el niño Jesús para cumplir con lo prescrito por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios, diciendo: “Señor, ya puedes dejar morir en paz a tu siervo, según lo que me habías prometido, porque mis ojos han visto a tu Salvador, al que has preparado para bien de todos los pueblos; luz que alumbra a las naciones y gloria de tu pueblo, Israel”.
El padre y la madre del niño estaban admirados de semejantes palabras. Simeón los bendijo, y a María, la madre de Jesús, le anunció: “Este niño ha sido puesto para ruina y resurgimiento de muchos en Israel, como signo que provocará contradicción, para que queden al descubierto los pensamientos de todos los corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma”.
Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad.
No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones.
Ana se acercó en aquel momento, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con Él. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
Jesús es identificado por Simeón como salvador y luz que alumbrará a pueblos y naciones.
La luminosa existencia de Jesús es apreciada y acogida por personas bien dispuestas que reconocen su fragilidad.

REFLEXION Evangelio Lucas capítulo  2, versículos 22 al 40

María es llamada en los Evangelios: “madre de Jesús”, “madre del Señor”, o “la madre” y “su madre”. De estos datos partió la reflexión teológica de la Iglesia para definir como verdad de fe la Maternidad divina de María. La maternidad física de María es el privilegio más grande que recibió. A este don ella correspondió con una respuesta humilde, llena de fe y generosidad. Nosotros no podemos imitar a María en su concebir a Cristo en el cuerpo, pero sí debemos imitarla en su fe obediente al Señor.

El Evangelio también nos habla de aquellas palabras dirigidas a María: “Y a ti, una espada te atravesará el alma…”. En ellas se le anuncia el dolor que le traspasará su alma, mostrando así que su papel en la historia de la salvación no concluye con la Encarnación, sino que se completa con la amorosa y dolorosa participación en la muerte de su Hijo.

Así como una madre no puede dar vida a un niño sin sufrimiento, el vivir cristiano conlleva también la cruz. Concluyamos nuestra meditación pidiéndole a María su ayuda para imitarla en su fe y en el abrazar las cruces que Dios permita en nuestra vida con amor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sea agradable, Señor, el sacrificio de tu Hijo único, el Cordero sin mancha que tú quieres que la Iglesia te ofrezca por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO
En verdad es justo y necesario es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, porque al ser presentado hoy en el templo tu eterno Hijo, fue proclamado por el Espíritu Santo gloria de Israel y luz de las naciones.
Por eso, nosotros, al venir hoy llenos de júbilo al encuentro del Salvador, te alabamos con los ángeles, diciendo sin cesar: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (Lc 2, 30-31)
Mis ojos han visto a tu Salvador; a quien has puesto ante la vista de todos los pueblos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, tú que colmaste las esperanzas del anciano Simeón de no morir antes de ver al Mesías, completa en nosotros la obra de tu gracia por medio de esta comunión, para que sepamos buscar siempre a Cristo en esta vida y podamos llegar a contemplarlo en la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor.

OTRAS REFLEXIONES AL EVANGELIO DE HOY

REFLEXION Evangelio Lucas capítulo  2, versículos 22 al 40

Para cualquier discípulo de Jesús el domingo es especial. Todos los días son buenos para alabar a Dios Padre y cantar su gloria, pero la reunión dominical de la comunidad tiene un significado peculiar. ¡Ojalá fuéramos capaces de recuperarlo en las partes del mundo en las que se ha adormecido! ¡Qué bonito ejemplo el de aquellos mártires que decían que sin celebrar el domingo no podían vivir!

Pero me atrevo a decir más: qué bueno sería que recuperáramos el valor de otros días, de esos que el calendario llama ‘fiestas del Señor’ y que están repartidos durante todo el año. Hoy celebramos uno de ellos: su presentación en el templo. Otros serán la encarnación del Señor, su transfiguración, la exaltación de la cruz…

La Iglesia nos propone hoy una liturgia bien hermosa cuya belleza percibieron de un modo especial generaciones y generaciones de antepasados nuestros. Son aún miles los lugares del mundo en los que en torno a la Luz, las Candelas, la Candelaria, los cristianos recuerdan este misterio.

Desde 1997 -y en 2016 de un modo especial-, la Iglesia asocia este día a la vida consagrada. Hoy se clausurará el Año que la Iglesia Universal ha querido dedicar a esta forma de vida. Juan Pablo II instauró la Jornada a finales del siglo XX con unos objetivos que no se acaban de lograr. El fundamental, que todo el Pueblo de Dios alabe al Padre por la vida consagrada y la conozca cada vez mejor para estimarla más. En muchas partes del mundo los religiosos se reúnen llenos de gozo en esta fecha, pero no se ha logrado que el resto del Pueblo de Dios participe en la fiesta.

En 2006 Benedicto XVI presidió por primera vez la jornada y destacó la presencia en el evangelio de hoy de “Cristo, el Consagrado del Padre, el primogénito de la nueva humanidad”. Este es el Niño que entra en el templo, luz de las naciones y gloria de Israel, el consagrado por antonomasia. Pero el Papa Ratzinger añadió un comentario profundísimo: la Palabra de hoy nos dice “que la mediación con Dios ya no se realiza en la santidad-separación del sacerdocio antiguo, sino en la solidaridad liberadora con los hombres”.

Lean de nuevo la frase. Pueden buscar la homilía y releerla. No la acabamos de entender. Seguimos pensando que la santidad pasa por la separación (sobre todo de aquello que consideramos no bendecido por Dios). ¡No! La santidad pasa por la solidaridad liberadora, por la cercanía, por la caridad, por el amor que distinguía a Jesús, María y José.
¡Sagrada Familia: seguid enseñándonos el camino del Evangelio!

Bendición Hermanos: Hemos visto hoy la luz verdadera que ilumina nuestras vidas. Ésta es la luz a la que intentamos seguir como guía de todo lo que hacemos. Porque con esta luz vemos el camino y la meta adonde nos dirigimos y adonde nos llevará. ¡Que esa luz brille sobre nosotros y en nosotros!
Y que todos la vean y la sigan.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.

Podemos ir en paz llevando la luz de Cristo con nosotros.

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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan  oraciones, cuando sea menester ayúdenos con sus  oraciones.

Cursillista  M. E. Winston Pauta Avila
Guayaquil - Ecuador
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