EUCARISTIA Abril 24, SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
Liturgia Viva del Martes de la 4ª semana de Pascua
Martes, 24 de abril de 2018
UN NUEVO ENFOQUE MISIONERO
(Hch 11,19-26; Jn 10,22-30)
Blanco / Rojo Feria de Pascua o Memoria de San Fidel de Sigmaringa, presbítero y mártir MR pp. 365 (370) y 699 (718) / Lecc. I, p. 903
ACOGIDA Y CONFRONTACIÓN
Hech 11, 9-16; Jn 10, 22-30
Son las dos actitudes que observamos en dichos relatos. El evangelista san Juan casi siempre nos presenta a Jesús en una situación de conflicto y tensión con los dirigentes judíos. Sus expresiones físicas son reveladoras: rodean a Jesús como si quisieran cazarlo, posteriormente se arman de piedras para lapidarlo, sin llevarlo a cabo. Jesús tampoco se desvive por atraerlos puesto que los considera incapaces de escuchar su voz. No son sus ovejas porque no quieren serlo. La fe es una opción y libre y voluntaria que Jesús no puede exigir a nadie. Él solamente realiza las obras pertinentes para que la voluntad soberana de cada persona actúe en consecuencia. En el relato de Pedro sobre el episodio de Cesárea, aparece otra actitud. Pedro se resistía a romper sus prejuicios relativos a la pureza Cuando Dios le permite replantearse las cosas con otra perspectiva, reconoce que no puede impedir el plan de Dios.
Del Común de mártires: para un mártir en Tiempo Pascual, p. 888 (927), o del Común de pastores: para un pastor: p. 900 (939).
ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. 4 Esd 2, 35
Una luz eterna, Señor, brillará para tus santos y vivirán para siempre. Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que te dignaste coronar con la palma del martirio a san Fidel de Sigmaringa, inflamado en tu amor para propagar la fe, concédenos, por su intercesión, que, arraigados en la caridad y unidos a él, merezcamos experimentar el poder de la resurrección de Cristo. El, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Comenzaron a predicar a los griegos el Evangelio del Señor Jesús.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 11, 19-26
En aquellos días, algunos de los que se habían dispersado, huyendo de la persecución desatada después de la muerte de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía: pero predicaban el Evangelio solamente a los judíos. Sin embargo, hubo entre ellos algunos chipriotas y cirenenses, que al llegar a Antioquía, comenzaron a dirigirse también a los griegos y a predicarles el Evangelio del Señor Jesús. Y como la mano del Señor estaba con ellos, muchos se convirtieron y abrazaron la fe.
Cuando llegaron estas noticias a la comunidad cristiana de Jerusalén, Bernabé fue enviado a Antioquía. Llegó Bernabé, y viendo la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho; y como era hombre bueno, lleno del Espíritu Santo y de fe, exhortó a todos a que, firmes en su propósito, permanecieran fieles al Señor. Así se ganó para el Señor una gran muchedumbre.
Entonces Bernabé partió hacia Tarso, en busca de Saulo; y cuando lo encontró, lo llevó consigo a Antioquía. Ambos vivieron durante todo un año en esa comunidad y enseñaron a mucha gente. Allí, en Antioquía, fue donde por primera vez los discípulos recibieron el nombre de "cristianos". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 86, 1-3. 4-5. 6-7
R/. Alaben al Señor todos los pueblos. Aleluya.
Jerusalén gloriosa, el Señor ha puesto en ti su templo. Tú eres más querida para Dios que todos los santuarios de Israel. R/.
De ti, Jerusalén, ciudad del Señor, se dirán maravillas. Egipto y Babilonia adorarán al Señor; los filisteos, con Tiro y Etiopía, serán como tus hijos. R/.
Y de ti, Jerusalén, afirmarán: "Todos los pueblos han nacido en ti y el Altísimo es tu fortaleza". R/.
El Señor registrará en el libro de la vida a cada pueblo, convertido en ciudadano tuyo; y todos los pueblos te cantarán, bailando: "Tú eres la fuente de nuestra salvación". R/.
Martes, 24 de abril de 2018
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor: yo las conozco y ellas me siguen. R/.
EVANGELIO
El Padre y yo somos uno.
Del santo Evangelio según san Juan: 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón.
Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: "¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo claramente".
Jesús les respondió: "Ya se lo he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y Él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y yo somos uno". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXION Evangelio según san Juan: 10, 22-30
Este incidente sucede en la Fiesta de la Consagración, o Hannukah, que celebra la consagración del altar en el Templo reconstruido por los Macabeos. Los judíos le hacen la pregunta que se le hace en Semana Santa y Jesús contesta lo mismo que entonces. El tono de sus respuestas indica que Él percibe el cuestionamiento como hostil. Los describe como extraños a su rebaño: han seguido a los mercenarios. La respuesta de la multitud (no contenida en el leccionario de hoy) es apedrearlo, acusándolo de blasfemia. Esto demuestra que ellos entendían bastante bien que estaba proclamando que era igual a Dios.
Así como la oveja reconoce la voz de su pastor, yo miro los días pasados, oyendo la palabra de Dios, dicha para mí, a través de los que me rodean, y a través de mis observaciones y experiencias.
Intenciones
Roguemos hoy por una Iglesia misionera, y digamos: R/ Señor, escucha nuestra oración.
Para que la Iglesia no se canse nunca de predicar a Cristo como Señor glorioso y resucitado, roguemos al Señor.
Para que la Iglesia no se canse nunca de pedirle al Señor que la renueve constantemente, y le dé el don de estar siempre atenta a los signos de los tiempos, roguemos al Señor.
Para que los cristianos vivamos de tal manera que nuestra vida, iluminada por la fe, atraiga a muchos a Jesucristo, roguemos al Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, el sacrificio de reconciliación y alabanza que ofrecemos a tu majestad en la conmemoración del santo mártir Fidel, para que nos lleve a obtener el perdón y nos haga permanecer en continua acción de gracias. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua, p 499-503 (500-504) o del santo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 12, 24-25
Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda infecundo; pero, si muere, da fruto abundante. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Al celebrar con alegría esta festividad y habiendo recibido tus dones celestiales, te pedimos, Señor, que concedas, a quienes en este divino banquete proclamamos la muerte de tu Hijo, que podamos participar, con los santos mártires, de su resurrección y de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Bendición
Hermanos: Que la gracia de Dios obre en nosotros y nos guarde siempre fieles con firme propósito y decisión, para que podamos ser verdaderos discípulos de Jesús. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
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