lunes, 31 de octubre de 2016

MISA Noviembre 1 SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES





MISA  Noviembre 1  SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
Solemnidad de Todos los Santos, Santa Misa del Santo Padre
1 de noviembre de 2016
MARTES 1
Blanco Solemnidad de Todos los Santos MR p. 822 (855) / Lecc. II, p. 1132 / LH de
LAS PALMAS DE LA VICTORIA

ANTÍFONA DE ENTRADA
Alegrémonos en el Señor y alabemos al Hijo de Dios, junto con los ángeles, al celebrar hoy esta solemnidad de Todos los Santos.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, que nos concedes venerar los méritos de todos tus santos en una sola fiesta, te rogamos, por las súplicas de tan numerosos intercesores, que en tu generosidad nos concedas la deseada abundancia de tu gracia. Por nuestro Señor Jesucristo...

PRIMERA LECTURA
Vi una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas.
Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 7, 2-4. 9-14
Yo, Juan, vi a un ángel que venía del oriente. Traía consigo el sello del Dios vivo y gritaba con voz poderosa a los cuatro ángeles encargados de hacer daño a la tierra y al mar. Les dijo: "¡No hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que terminemos de marcar con el sello la frente de los servidores de nuestro Dios!".
Y pude oír el número de los que habían sido marcados: eran ciento cuarenta y cuatro mil, procedentes de todas las tribus de Israel.
Vi luego una muchedumbre tan grande, que nadie podía contarla. Eran individuos de todas las naciones y razas, de todos los pueblos y lenguas. Todos estaban de pie, delante del trono y del Cordero; iban vestidos con una túnica blanca; llevaban palmas en las manos y exclamaban con voz poderosa: "La salvación viene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero".
Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono, de los ancianos y de los cuatro seres vivientes, cayeron rostro en tierra delante del trono y adoraron a Dios, diciendo: "Amén. La alabanza, la gloria, la sabiduría, la acción de gracias, el honor, el poder y la fuerza, se le deben para siempre a nuestro Dios".
Entonces uno de los ancianos me preguntó: "¿Quiénes son y de dónde han venido los que llevan la túnica blanca?". Yo le respondí: "Señor mío, tú eres quien lo sabe". Entonces él me dijo: "Son los que han pasado por la gran tribulación y han lavado y blanqueado su túnica con la sangre del Cordero".
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 23, 1-2. 3-4ab. 5-6
R/. Ésta es la clase de hombres que te buscan, Señor.

Del Señor es la tierra y lo que ella tiene, el orbe todo y los que en él habitan, pues él lo edificó sobre los mares, él fue quien lo asentó sobre los ríos. R/.
¿Quién subirá hasta el monte del Señor? ¿Quién podrá entrar en su recinto santo? El de corazón limpio y manos puras y que no jura en falso. R/.
Ése obtendrá la bendición de Dios, y Dios, su salvador, le hará justicia. Ésta es la clase de hombres que te buscan y vienen ante ti, Dios de Jacob. R/.

SEGUNDA LECTURA
Veremos a Dios tal cual es.

De la primera carta del apóstol san Juan: 3, 1-3

Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él.
Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es.
Todo el que tenga puesta en Dios esta esperanza, se purifica a sí mismo para ser tan puro como él.
Palabra de Dios. T. Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 11, 28
R/. Aleluya, aleluya.
Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo les daré alivio, dice el Señor. R/.
EVANGELIO
Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos.

LECTURA Evangelio Mateo: 5, 1-12

En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, y les dijo: "Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos". Palabra del Señor. T. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXION Evangelio Mateo: 5, 1-12

El monte es el lugar de la teofanía, de la revelación. Nos recuerda el monte Sinaí, donde Moisés recibió la revelación de las tablas de la Ley.

Entonces, el Señor dijo a Moisés: “Baja y ordena al pueblo que no traspasen los límites en su afán por ver al Señor, de lo contrario, muchos de ellos perecerán” (Ex 19,21). La orden está en claro contraste con el texto de hoy “Y se le acercaron sus discípulos”. Jesús rompe con la estrecha concepción de Dios, que exige distancia para que el pueblo no se acerque a Él. El Dios de Jesús quiere el acercamiento, la comunión con el hombre.

La primera bienaventuranza resume, de algún modo, las demás: llama dichosos a los que viven la pobreza, entendida aquí como la actitud religiosa de desprendimiento y dependencia de Dios, y al mismo tiempo, invita a adoptar esta misma actitud a todos aquellos que quieren tener parte en el reino. Serás dichoso en la medida en que ames y entregues tu vida por la felicidad de tus hermanos.

Las bienaventuranzas siguientes serían la consecuencia de la opción tomada por los creyentes de la comunidad cristiana de “ser pobres” y de compartir sus bienes con los que carecen de todo.

·    Los que están tristes, dejarán de estarlo, porque Dios los consolará a través de los miembros de la comunidad.
·    Los humildes se sentirán aceptados y valorados.
·    Los que tienen hambre y sed de justicia serán saciados, porque los seguidores de Jesús luchan contra toda injusticia y opresión.
·    Los misericordiosos, porque todos, en la comunidad cristiana, estarán dispuestos a ayudar.
·    Los que tienen un corazón limpio, porque todos tendrán un corazón limpio.
·    Los que construyen la paz, porque todos serán constructores de paz.

Y ¿qué les ocurrirá a los que traten de vivir las bienaventuranzas? ¿Serán, acaso, admirados y declarados héroes por la sociedad? Nada de eso. Serán mal vistos. Serán tratados de ilusos, porque supone una acusación contra los que viven según las pautas del mundo.

Pero bienaventurados los que eligen ser pobres, bienaventurado aquel cuya riqueza es Dios.

Se dice Credo.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que te sean gratos, Señor, los dones que ofrecemos en honor de todos los santos, y concédenos experimentar la ayuda para obtener nuestra salvación, de aquellos que ya alcanzaron con certeza la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PREFACIO
La gloria de nuestra madre, la Jerusalén celeste.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque hoy nos concedes celebrar a tu familia, que es nuestra madre, la Jerusalén del cielo, en donde nuestros hermanos ya glorificados te alaban eternamente. Hacia ella, peregrinos, caminando por la fe, nos apresuramos ardorosos, regocijándonos por los más ilustres miembros de la Iglesia, en cuya gloria nos das al mismo tiempo ejemplo y ayuda para nuestra fragilidad. Por eso, unidos a ellos y a todos los ángeles, a una voz te alabamos y glorificamos, diciendo: Santo, Santo, Santo...

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 8-10
Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dios nuestro, a quien adoramos, admirable y único Santo entre todos tus santos, imploramos tu gracia para que, al consumar nuestra santificación en la plenitud de tu amor, podamos pasar de esta mesa de la Iglesia peregrina, al banquete de la patria celestial. Por Jesucristo, nuestro Señor.

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