sábado, 30 de junio de 2018

EUCARISTÍA Julio 1, SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIÓN





EUCARISTÍA  Julio 1, SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIÓN
DÉCIMO TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 2018:
Domingo, 1 de julio de 2018
La Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo
Verde Domingo XIII del Tiempo Ordinario [Se omite la memoria de San Atilano Cruz Alvarado y San Justino Orona Madrigal, en los lugares donde se conservan sus reliquias. Mártires mexicanos] MR, p.425 (423) / Lecc. II, p.128 / LH, la. semana del Salterio
DIOS NO HIZO LA MUERTE
Sab 1,13-15.2: 23-24; 2 Cor 8,7. 9. 13-15; M 5, 21-43

ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 46, 2
Pueblos todos, aplaudan; aclamen al Señor con gritos de júbilo.

ORACIÓN COLECTA
Señor Dios, que mediante la gracia de la adopción filial quisiste que fuéramos hijos de la luz, concédenos que no nos dejemos envolver en las tinieblas del error, sino que permanezcamos siempre vigilantes en el esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Se dice Gloria.

PRIMERA LECTURA
Por envidia del diablo entró la muerte en el mundo

Del libro de la Sabiduría: 1, 13-15; 2, 23-24

Dios no hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción de los vivientes. Todo lo creó para que subsistiera. Las creaturas del mundo son saludables; no hay en ellas veneno mortal. Dios creó al hombre para que nunca muriera, porque lo hizo a imagen y semejanza de sí mismo; mas por envidia del diablo entró la muerte en el mundo y la experimentan quienes le pertenecen.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 29, 2.4.5-6.11-12a. 13b
R/. Te alabaré, Señor, eternamente.

Te alabaré, Señor, pues no dejaste que se rieran de mí mis enemigos. Tú, Señor, me salvaste de la muerte y a punto de morir, me reviviste. R/.
Alaben al Señor quienes lo aman, den gracias a su nombre, porque su ira dura un solo instante y su bondad, toda la vida. El llanto nos visita por la tarde; por la mañana, el júbilo. R/.
Escúchame, Señor, y compadécete; Señor, ven en mi ayuda. Convertiste mi duelo en alegría, te alabaré por eso eternamente. R/.

SEGUNDA LECTURA
Que la abundancia de ustedes remedie la necesidad de sus hermanos pobres

De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 8, 7. 9. 13-15

Hermanos: Ya que ustedes se distinguen en todo: en fe, en palabra, en sabiduría, en diligencia para todo y en amor hacia nosotros, distínganse también ahora por su generosidad.
Bien saben lo generoso que ha sido nuestro Señor Jesucristo, que siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para que ustedes se hicieran ricos con su pobreza.
No se trata de que los demás vivan tranquilos, mientras ustedes están sufriendo. Se trata, más bien, de aplicar durante nuestra vida una medida justa; porque entonces la abundancia de ustedes remediará las carencias de ellos, y ellos, por su parte, los socorrerán a ustedes en sus necesidades.
En esa forma habrá un justo medio, como dice la Escritura: Al que recogía mucho, nada le sobraba; al que recogía poco, nada le faltaba.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Domingo, 1 de julio de 2018
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO cfr. 2 Tm 1, 10
R/. Aleluya, aleluya.
Jesucristo, nuestro Salvador, ha vencido la muerte y ha hecho resplandecer la vida por medio del Evangelio. R/.
EVANGELIO
¡Óyeme, niña, levántate!

Del santo Evangelio según san Marcos: 5, 21-43

En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: "Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva". Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: "¿Quién ha tocado mi manto?". Sus discípulos le contestaron: "Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: `¿Quién me ha tocado?' ". Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: "Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad".
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: "Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?". Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: "No temas, basta que tengas fe". No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: "¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida". Y se reían de él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: "¡Talitá, kum!", que significa: "¡Óyeme, niña, levántate!". La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXION Evangelio según san Marcos: 5, 21-43

Aquí encontramos situaciones donde fallan las soluciones humanas. “Ella está al borde de la muerte” … “Ella empeoró” … “Ella falleció”. Pero Jesús enfrenta la desesperanza humana. Las necesidades de los enfermos, y de la fe de los que los rodean, acarrean una respuesta compasive de Él. Es cariñoso con las dos mujeres. A una la llama “Hija!”, y a la otra “Pequeña niña” (Literalmente “Pequeña oveja”).
En mi necesidad, yo también puedo volverme a Él y encontrar la sanación. Esa sanación se enfocará en mi corazón: mi negatividad, mis malos modos, mis respuestas hirientes, mi dureza. Él está siempre procurando ayudarme a crecer en amor. Entonces, a mi vez, puedo llegar a ser una presencia cariñosa y sanadora para los que me rodean. ES.

Oración de los Fieles
Creemos en un Dios que nos creó para la vida, para vivir. Con toda confianza presentémosle todos los sufrimientos y enfermedades del mundo y de la Iglesia, pueblo de Dios. Repitamos después de cada petición:
R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.

Para que la Iglesia continúe con compasión el ministerio de curación de Jesús, que conforte a los enfermos, libere a los oprimidos y proteja a los pobres y débiles. Oremos: R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.

Para que en este mundo nuestro, que malvive con hambre de alimento material y también de valores espirituales, las iglesias y naciones afluentes compartan generosamente con los que tienen menos y viven en angustiosa necesidad. Oremos:  R/ Señor de la vida, escucha nuestra oración.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL

Pidamos, hermanos, al Señor que escuche nuestras oraciones, para que podamos alegrarnos al recibir su ayuda, respondiendo: Escúchanos, Señor. (R/. Escúchanos, Señor.)
Por los ministros de la Iglesia que han consagrado su vida al Señor y por todos los pueblos que adoran al Dios verdadero, roguemos al Señor.
Para que el tiempo sea bueno y todos podamos gozar de una naturaleza limpia en la bella sucesión de las diversas estaciones, roguemos a Dios, que con sabiduría gobierna al mundo.
Por los que son víctimas de la debilidad humana, del espíritu de odio o de envidia o de los otros vicios del mundo, roguemos al Redentor misericordioso.
Encomendémonos mutuamente al Señor, pongamos toda nuestra existencia en sus manos y oremos con confianza al autor y guardián de todo lo que tenemos y poseemos.
Dios nuestro, que en el misterio de tu Hijo, pobre y crucificado, has querido enriquecernos con tus bienes, escucha nuestras oraciones y no permitas que, mientras anunciemos a los demás la alegre novedad del Evangelio, nos acobardemos ante la pobreza o la cruz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, que bondadosamente realizas el fruto de tus sacramentos, concédenos que seamos capaces de servirte como corresponde a tantos misterios. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Sal 102. 1
Bendice, alma mía al Señor; que todo mi ser bendiga su santo nombre.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Que la víctima divina que te hemos ofrecido y que acabamos de recibir, nos vivifique, Señor, para que, unidos a ti con perpetuo amor, demos frutos que permanezcan para siempre. Por Jesucristo, nuestro Señor.

UNA REFLEXIÓN PARA NUESTRO TIEMPO.- Los registros no mienten. Octubre de 2017 se convirtió en el mes con más homicidios dolosos desde que se llevan registros. No podemos desechar una pregunta incómoda: ¿Cómo entender que una sociedad que se declara mayoritariamente cristiana muestre conductas tan negativas en relación al cuidado y respeto de la vida humana? No solamente tenemos altos índices de homicidios, sino que padecemos otras conductas violentas como el secuestro, la violencia y el maltrato contra las mujeres. No hay relación lógica ni justa entre la creencia en un Padre creador que respeta la vida y una conducta violenta por parte de tantos supuestos creyentes en el Dios amigo de la vida. El desfase entre la fe y la vida fue señalado por el Concilio Vaticano II como uno de los fracasos de nuestra iglesia católica. El cristiano congruente necesita marcar una diferencia, viviendo y formando personas amantes de la vida.

Bendición
Hemos partido pan con el Señor y recordamos sus palabras: “Los que comen mi carne y beben mi sangre tienen la vida eterna y yo los resucitaré en el último día.” Dios quiere que vivamos; y Jesús nutre esa vida con el alimento de su mismo cuerpo. ¡Ah! Pues somos los vivientes, vivamos esta vida a tope y que el Dios todopoderoso les bendiga a todos ustedes el Padre, y el Hijo y el Espíritu Santo. R/ Amén.
Pueden ir en la paz del Señor y compartan unos con otros su paz y su poder curador..  R/ Demos gracias a Dios.

https://youtu.be/rYISXlAmXFc 

Abra por favor la siguiente página WEB
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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan  oraciones.
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