jueves, 19 de noviembre de 2020

EUCARISTÍA Noviembre 20, Reflexión y Peticiones

 



EUCARISTÍA  Noviembre 20,    Reflexión y Peticiones

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 10, 27

R/. Aleluya, aleluya.

Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor; yo las conozco y ellas me siguen. R/.

EVANGELIO

Ustedes han convertido la casa de Dios en cueva de ladrones.

 

Del santo Evangelio  san Lucas: 19, 45-48

 

Aquel día, Jesús entró en el templo y comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban allí, diciéndoles: "Está escrito: Mi casa es casa de oración; pero ustedes la han convertido en cueva de ladrones".

Jesús enseñaba todos los días en el templo. Por su parte, los sumos sacerdotes, los escribas y los jefes del pueblo, intentaban matarlo, pero no encontraban cómo hacerlo, porque todo el pueblo estaba pendiente de sus palabras. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

REFLEXION Evangelio  san Lucas: 19, 45-48

El templo es el lugar en el que Jesús se dirige al Padre. La actividad comercial y especulativa ha convertido el templo en una cueva de ladrones y lo ha desprovisto de su única y exclusiva misión: el encuentro con la presencia de Dios. Se reclama el templo como lugar de oración y no de otras actividades de dudosa ética, además de presentarse el Maestro como nuevo punto de encuentro de los hombres con Dios. El evangelio narra un momento fuerte de la vida de Jesús, y por supuesto del pueblo y de todos los presentes. ¡Quién lo hubiera dicho: hacer de la Casa de Dios un lugar de negocios! Pero lo sabemos también nosotros: muchos se aprovechan de la Casa de Dios, de su Iglesia, de su Nombre, para hacer negocios, para beneficiarse, para esconder sus instintos más bajos y desplegar sus ambiciones. También ellos hoy deben temer ser expulsados por el Señor. Jesús exige un cambio de rumbo: purificar el templo de todas aquellas negatividades humanas y conducirlo a su función originaria: rendir verdadero servicio a Dios. Al pronunciarse así Jesús sobre el templo, no se refiere a una restauración de la pureza del culto, como era la intención de los zelotas. La intención de Jesús va más allá de la pureza del culto, es más radical, es intransigente: el templo no es una obra realizada por el esfuerzo humano; la presencia de Dios no está ligada a su aspecto material; el auténtico servicio a Dios lo realiza Jesús en su enseñanza.

 

¿A qué me desafía en lo personal la Palabra de Dios hoy? ¿Qué cambios debemos hacer en nuestra comunidad para no «merecer» ser expulsados por Jesús del templo?

 

GRUPO DE ORACIÓN DIVINO NIÑO.

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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones.

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