MISA Abril 12 SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
MARTES 12
Blanco Feria de Pascua MR p. 358 (363) / Lecc. I, p.888
Otros santos: Julio I, papa; David Uribe Velasco, mártir;
Teresa de Jesús de los Andes, religiosa.
LA SUPERACIÓN DEL MIEDO
Hch 7, 51-8, 1; Jn 6, 30-35
La angustia que provoca la certeza de la muerte es tan
fuerte, que ese fue el tema del escrito más antiguo de toda la literatura. El
poema de Gilgamesh refiere la búsqueda desesperada del hombre por la
inmortalidad. El relato evangélico y la narración del martirio de Esteban
pueden leerse desde esa perspectiva. El primero de los mártires cristianos
secunda la fidelidad de su Señor y prefiere perder la vida antes que claudicar
en sus convicciones como discípulo de Jesús resucitado. La certeza de la
victoria de Jesús sobre la muerte lo fortalece para testimoniar abiertamente su
esperanza. En su vida resplandece la fuerza de las palabras de Jesús, quien
ofrece el pan verdadero que da vida al mundo.
ANTÍFONA DE ENTRADA Ap 19, 5; 12, 10
Alaben a nuestro Dios todos cuantos lo temen, pequeños y
grandes, porque ha llegado ya la salvación, el poder y el reinado de su Cristo.
Aleluya.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que abres la entrada del reino celestial a
los que han renacido por el agua y el Espíritu Santo, aumenta sobre tus siervos
la gracia que les diste, para que, purificados de todo pecado no les falte
ningún bien de los que, en tu bondad, les tienes prometido. Por nuestro Señor
Jesucristo...
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 7, 51-8.
En aquellos días, habló Esteban ante el sanedrín,
diciendo: "Hombres de cabeza dura, cerrados de corazón y de oídos. Ustedes
resisten siempre al Espíritu Santo; ustedes son iguales a sus padres. ¿A qué
profeta no persiguieron sus padres? Ellos mataron a los que anunciaban la
venida del justo, al que ahora ustedes han traicionado y dado muerte.
Recibieron la ley por medio de los ángeles y no la han observado".
Al oír estas cosas, los miembros del sanedrín se
enfurecieron y rechinaban los dientes de rabia contra él. Pero Esteban, lleno
del Espíritu Santo, miró al cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús, que estaba
de pie ala derecha de Dios, y dijo: "Estoy viendo los cielos abiertos y al
Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios".
Entonces los miembros del sanedrín gritaron con fuerza,
se taparon los oídos y todos a una se precipitaron sobre él. Lo sacaron fuera
de la ciudad y empezaron a apedrearlo. Los falsos testigos depositaron sus
mantos a los pies de un joven, llamado Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban repetía esta oración:
"Señor Jesús, recibe mi espíritu". Después se puso de rodillas y dijo
con fuerte voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado". Diciendo
esto, se durmió en el Señor. Y Saulo estuvo de acuerdo en que mataran a
Esteban. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
del salmo 30, 3cd-4. 6ab.7b.8a. 17.21ab
R/. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya.
Sé tú, Señor, mi fortaleza y mi refugio, la muralla que
me salve. Tú, que eres mi fortaleza y mi defensa, por tu nombre, dirígeme y
guíame. R/.
En tus manos encomiendo mi espíritu y tú, mi Dios leal,
me librarás. En ti, Señor, deposito mi confianza y tu misericordia me llenará
de alegría. R/.
Vuelve, Señor, tus ojos a tu siervo y sálvame, por tu
misericordia; cuídame, Señor, y escóndeme junto a ti, lejos de las intrigas de
los hombres. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 6, 35
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan de la vida, dice el Señor; el que viene a
mí ya no tendrá hambre. R/.
EVANGELIO
No fue Moisés, sino mi Padre, quien les da el verdadero
pan del cielo.
† LECTURA Evangelio Juan capítulo 6, versículos
30 al 35
En aquel tiempo, la gente le preguntó a Jesús: "¿Qué
señal vas a realizar tú, para que la veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus
obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les
dio a comer pan del cielo".
Jesús les respondió: "Yo les aseguro: No fue Moisés
quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del
cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al
mundo".
Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese
pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a
mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed". Palabra del
Señor. Gloria a ti Señor Jesús.
† REFLEXION Evangelio Juan
capítulo 6, versículos 30 al 35
¿Cómo saber que lo que hacemos es correcto? ¿Cómo saber
que estamos por el buen camino? No queremos quemar nuestras barcas y enterarnos
que estábamos en la orilla equivocada. ¿Qué señal nos puedes dar que nos
confirme que estamos haciendo lo correcto, que estamos transitando la senda
señalada? Me parece legítima esta inquietud. Sin embargo, no podemos dejar de
reconocer que tras la pregunta está el deseo, casi condicional –sino
francamente condicional- que Dios acepte lo que estamos haciendo, que lo
apruebe sin más. Y, lamentablemente, así no son las cosas. Dios no puede
aprobar lo que haces, simplemente porque se lo pides, porque tu lo quieres,
porque le has dedicado tanto tiempo…No, así no funcionan las cosas. Veamos
primero, detente a pensar, a analizar si lo que estás haciendo está bien. No si
te gusta o si crees que es lo correcto. No se trata que creas que es correcto,
se trata de saber si efectivamente es correcto. Jesús dice: Yo soy el pan de la
vida. Tu proyecto, lo que estás haciendo, ¿promueve y defiende la vida? ¿No lo
sabes? Pues ponte a analizar. ¿A quién está dirigido? ¿Promueve a la persona
humana? ¿Procura el bien, el amor, la paz, la verdad y la vida por sobre todo?
No digas que no lo sabes, porque lo sabes perfectamente. Otra cosa es que no lo
quieras reconocer. No seas soberbio. Si te has equivocado, reconoce
humildemente tus errores y enmiéndate. ¿Qué van a decir los demás? Que digan lo
que quieran. Tú preocúpate por hacer lo correcto, por no tener ni las manos, ni
la conciencia sucias. Sirve a la causa de tu Señor, sirve a la causa del amor,
que el vendrá a fortalecerla y alimentarla: Yo soy el pan de la vida.
Nuestras palabras y nuestras obras hablan de aquello en
lo que están puestos nuestros ojos, nuestra mente y nuestro corazón. ¿Qué es lo
más importante en tu vida? ¿No sabes? ¿No te has puesto a pensar? ¿Y qué
esperas? No puedes ir deambulando por el mundo como una veleta, según sopla el
viento. Tienes que tener una posición bien definida respecto a todo. No más o
menos definida, ni hasta cierto punto definida, sino BIEN definida. Clara,
concreta. Pero, ¿respecto a qué? Si me preguntas por algo en concreto, yo te
doy mi posición. Hay cosas que no he pensado, pero creo que reflexionando
podría darte mi posición. No, no se trata de ideas que hay que reflexionar, se
trata de principios, de leyes que hay que aceptar y cumplir. ¿Cómo leyes? ¿No
es que Dios nos ha hecho libres? ¡Sí señor! Somos libres, pero eso no quita que
hay un norte, que hay una orientación que seguir. Eso no quita que existe el
Bien, la Verdad, el Amor y la Vida como valores supremos que defender y
acrecentar. Si no estás con ellos, estás en contra y quien está en contra de
ellos va a la oscuridad, a la destrucción, al mal, al odio, a la mentira y a la
muerte. Quien no hace lo correcto, es cómplice de la destrucción. Se destruye a
sí mismo y destruye a los demás. ¡Hay pues que tomar una decisión! Y no se
trata que el Señor avale lo que haces. Se trata que examines lo que haces y
veas si está correctamente alineado con lo que pide el Señor. Se trata de hacer
la Voluntad del Padre. ¿Por qué? ¿Somos acaso sus esclavos? ¡No! Porque es lo
que más nos conviene. ¿Quién lo dice? Cristo, Jesús, el Hijo Único de Dios, que
vino precisamente a enseñarnos el Camino. ¿Por qué? ¿Por qué tenía Él que
enseñarnos el Camino? Porque Dios Padre así lo quiso. Porque nos ama tanto, que
no quiere que ni uno de nosotros se pierda, ni el más pequeño. Y Jesús, que
conoce a Dios Padre, que sabe que es Dios, que por lo tanto lo sabe y puede todo,
y que sabe que es Padre Amoroso, y por lo tanto no haría nada que nos dañara,
hace lo que Él le dice. Obedece Su Voluntad. Así es…Eso es lo que tenemos que
descubrir HOY. ¿Estás con Jesús y haces la Voluntad de Dios Padre? ¿Estás con
Dios? Entonces, no temas. Estás con la Vida y tienes la fortaleza
inconmensurable que te da Jesús: Yo soy el pan de la vida. Así que, teniéndolo
a Él, nada te ha de faltar.
Oremos: Padre Santo,
quita las dudas y los temores de mi corazón. Permíteme entregarme ciegamente a
tu causa, que es nuestra causa, que es la causa de la Vida, que es lo que más
nos conviene. Que deje de hacer mis caprichos y haga Tu Voluntad…Te lo pedimos
por Tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Amén. Roguemos al Señor…
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te
presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también
disfrutar de la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio I-V de Pascua, p. 499-503 (500-504).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Rm 6, 8
Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos
con Él. Aleluya.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al
que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele
llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
OTRAS REFLEXIONES AL EVANGELIO DE HOY
† REFLEXION Evangelio Juan
capítulo 6, versículos 30 al 35
El dramatismo de la escena es perturbador. Cómo pudo
haber tanto odio en aquellas personas para matar a Esteban como si fuera un
animal peligroso. El fanatismo justifica los crímenes más horrendos, como tan
crudamente estamos viendo en la actualidad contra los cristianos perseguidos en
el Oriente Medio. Recientemente hemos contemplado estremecidos las imágenes de
las cuatro Misioneras de la Caridad que fueron atacadas el viernes 4 de marzo
hacia las 8:30 a.m. hora local, mientras servían el desayuno a los ancianos y
discapacitados que atendían en el albergue de Aden, Yemen. Murieron con los
delantales puestos. Los homicidas asesinaron a otras 12 personas que las
ayudaban y, presuntamente, secuestraron a un sacerdote indio que vivía en el
centro.
El Obispo aseguró que las hermanas Anselm, Reginette,
Margarita y Judith murieron como mártires: "Mártires de la caridad,
mártires porque testimoniaron a Cristo y compartieron el puesto de Jesús en la
Cruz".
Mientras apedrean a Esteban, Lucas hace entrar en escena
a un personaje secundario, que pronto será el gran protagonista del libro de
los Hechos. Se llama Saulo. Fue la sangre de un mártir inocente, Esteban, la
que produjo la transformación de Saulo en el gran apóstol Pablo.
En el evangelio de hoy la gente que escucha a Jesús le
desafía: “¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti?”. Tal vez
también nosotros hemos sentido esa tentación de pedir “pruebas” al Señor. El
apóstol Tomás decía a sus compañeros: “¡Si no veo los agujeros de los
clavos y meto mi dedo en ellos, no lo
creeré!”. Jesús exige ser acogido como el pan vivo bajado del cielo. Sólo
aceptándole a Él nuestra vida se transforma.
Conversaba yo un día con un amigo. Tenía su familia, su
casita, su pequeño taller de refrigeración. Trabajaba él, trabaja la esposa en
un taller de costura. Pero llevaba una
vida muy a su capricho y antojo hasta que una enfermedad le hizo entrar dos
veces en la sala de operaciones. ¡Y se desesperó! Este es su testimonio: “Llevo
cuatro meses sin trabajar. Yo era una persona orgullosa. Hoy veo la
misericordia y providencia de Dios...Cada día hay un milagro en mi casa: no
puedo trabajar, gasté todo en mi enfermedad..., ¡pero no nos falta el alimento
de cada día para mis hijos! Me sorprende la gran misericordia de Dios para
conmigo que estuve tan alejado de Él. Hoy sé agradecer a Dios cada día que
amanece. Dos cosas he aprendido de mi enfermedad. Primero: devolver amor a
tantas personas que me han mostrado amor. Y segundo: Tener paciencia y aguantar
con fe.”
“La vida está llena de cosas hermosas, sólo se trata de
saber dónde buscarlas”.
Bendición Hermanos:
“Danos siempre este pan”, dijo a Jesús la muchedumbre de la multiplicación de
los panes. Cristo es nuestro pan, nuestro alimento, nuestra riqueza, el sentido
de nuestras vidas, que nos acompaña en el viaje de la vida. Que siga siempre
nutriéndonos con el pan de sí mismo, en la eucaristía. Y que la bendición de
Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre nosotros y
permanezca siempre.
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P.D. No olvide que
hay hermanos que también necesitan
oraciones, cuando sea menester ayúdenos con sus oraciones.
Cursillista M. E. Winston Pauta Avila
Guayaquil -
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