viernes, 15 de abril de 2016

MISA Abril 16 SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES




MISA  Abril 16  SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES

SÁBADO 16
Blanco Feria de Pascua MR p. 362 (367) / Lecc. I, p. 897
Otros santos: María Bernarda Soubirous religiosa; Engracia de Zaragoza y compañeros, mártires. Beato Joaquín de Siena, religioso.
NUEVOS Y ANTIGUOS DISCÍPULOS

Hch 9,31-42; Jn 6, 60-69

El relato del Evangelio de san Juan cierra con una lección importante sobre el camino de la fe cristiana. El Señor Jesús reitera que la adhesión a su persona no es un acción surgida de la voluntad y el deseo humano. El segundo paso lo damos cada uno de los creyentes, pero el primero de los pasos siempre lo da Dios; efectivamente el Padre es quien elige y atrae a los suyos. Los seguidores de Jesús hemos sido beneficiarios del don incomparable de la fe. Dios es quien dispone nuestro corazón para que nos apoyemos en Jesús. La experiencia creyente es don y respuesta, llamado y compromiso personal. Como los cristianos de Jafa que se decidieron a creer en el mensaje del Señor, luego de haber contemplado las señales de la compasión que Dios realizara por medio del apóstol Pedro: primero ocurrieron las señales, el regalo de la vida para Tabitá y posteriormente, los nuevos cristianos respondieron, reconociendo la fidelidad del Dios de la vida.

ANTÍFONA DE ENTRADA Col 2, 12
Ustedes, por el bautismo, han sido sepultados con Cristo, y con él han sido resucitados, porque han creído en el poder de Dios, que lo resucitó de entre los muertos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que renovaste en la fuente bautismal a los que creen en ti, protege a quienes renacieron en Cristo, para que, evitando todas las asechanzas del error, conserven fielmente la gracia de tu bendición.
Por nuestro Señor Jesucristo...

LITURGIA DE LA PALABRA

PRIMERA LECTURA
La comunidad cristiana crecía, animada por el Espíritu Santo.

Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 9, 31-42

En aquellos días, las comunidades cristianas gozaban de paz en toda Judea, Galilea y Samaria, con lo cual se iban consolidando, progresaban en la fidelidad a Dios y se multiplicaban, animadas por el Espíritu Santo.
Pedro recorría toda la región y una vez fue a visitar a los fieles que vivían en Lida. Ahí encontró a un hombre, llamado Eneas, que tenía ya ocho años de estar en cama, paralítico. Pedro le dijo: "Eneas, Jesucristo te da la salud. Levántate y tiende tu cama". Eneas se levantó inmediatamente; y todos los habitantes de Lida y de la llanura de Sarón que lo vieron, se convirtieron al Señor.
Había en Jafa, entre los discípulos, una mujer llamada Tabitá (que significa "gacela"), la cual hacía infinidad de obras buenas y repartía limosnas. En aquellos días cayó enferma y murió. Lavaron su cadáver y lo tendieron en una habitación del segundo piso. Como Lida está cerca de Jafa, los discípulos, sabiendo que Pedro estaba allá, enviaron dos hombres para suplicarle que fuera a Jafa sin tardar.
Pedro fue con ellos. Tan pronto como llegó, lo condujeron a la habitación del segundo piso. Allí lo rodearon todas las viudas, llorando y mostrándole las túnicas y los vestidos que Tabitá les había hecho, cuando aún vivía.
Pedro mandó salir a todos, se postró de rodillas y se puso a orar; luego, dirigiéndose a la muerta, dijo: "Tabitá, levántate". Ella abrió los ojos y al ver a Pedro, se incorporó. Él la tomó de la mano y la levantó; llamó a los fieles y a las viudas y se la entregó viva. Esto se supo por toda Jafa y muchos creyeron en el Señor. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
del salmo 115, 12-13. 14-15. 16-17

R/. ¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Aleluya.

¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Levantaré el cáliz de salvación e invocaré el nombre del Señor. R/.
Cumpliré mis promesas al Señor ante todo su pueblo. A los ojos de Dios es muy penoso que mueran sus amigos. R/.
De la muerte, Señor, me has librado, a mí, tu esclavo e hijo de tu esclava. Te ofreceré con gratitud un sacrificio e invocaré tu nombre. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Jn 6, 63. 68
R/. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Tú tienes palabras de vida eterna. R/.
EVANGELIO
Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

† LECTURA Evangelio Juan capítulo 6, versículos 60 al 69

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús dijeron al oír sus palabras: "Este modo de hablar es intolerable, ¿quién puede admitir eso?" Dándose cuenta Jesús de que sus discípulos murmuraban, les dijo: "¿Esto los escandaliza? ¿Qué sería si vieran al Hijo del hombre subir a donde estaba antes?
El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que les he dicho son espíritu y vida, y a pesar de esto, algunos de ustedes no creen". (En efecto, Jesús sabía desde el principio quienes no creían y quién lo habría de traicionar).
Después añadió: "Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se lo concede".
Desde entonces, muchos de sus discípulos se echaron para atrás y ya no querían andar con él. Entonces Jesús les dijo a los Doce: "¿También ustedes quieren dejarme?" Simón Pedro le respondió: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna; y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios". Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

† REFLEXION Evangelio Juan capítulo 6, versículos 60 al 69

Esta vez, la difusión del Evangelio se realiza a través de los viajes misioneros de Pedro visitando pequeños grupos de cristianos. El escenario es la región que se extiende desde Jafa hasta Cesarea en la región costera de Israel, junto al mar Mediterráneo. Así Pedro, imitando a Jesús, recorre pequeños núcleos de población anunciando el mensaje cristiano y fortaleciendo a los hermanos que ya han aceptado la Palabra de Dios y la comparten.

Los milagros que hace Pedro recuerdan los que hizo Jesús y la curación del paralítico nos hace evocar la que realizaron juntos Pedro y Juan a la entrada del Templo en Jerusalén.

Para Lucas hablar del progreso del Evangelio es hablar de los efectos de sanación y de liberación que produce. Hoy  nos presenta dos milagros, como los que hacía Jesús: la curación del paralítico Eneas, que hacía ocho años no se levantaba de la camilla. Y hace revivir a Tabita, que repartía muchas limosnas y hacía obras de caridad y todos la lloraban con mucha pena. Pedro después de orar la cogió de la mano, la levantó y, llamando a los santos y a las viudas, se la presentó viva.

El evangelio de hoy nos hace ver que la enseñanza de Jesús sobre la Eucaristía resultó muy dura de entender y muchos de sus discípulos lo abandonaron. El misterio eucarístico remite a otro más amplio, a saber el misterio de la Persona de Jesús. Cuando Jesús dice que hay que comer su carne, no se trata, en modo alguno, de canibalismo, de comer carne humana. Es el cuerpo glorioso y resucitado de Jesús el que recibimos al comulgar, es decir, su carne que ya no es ni frágil ni mortal, sino gloriosa y llena de Espíritu. Sólo la carne de Jesucristo puede comunicar vida, porque ha sido resucitada por el Espíritu vivificante. Sin la ayuda del Espíritu, sin el don de la fe, toda la vida de Jesús se convierte en un permanente escándalo.
Jesús espera de cada uno de nosotros una fe en libertad. Por eso nos pregunta: «¿También vosotros queréis marcharos?». La incredulidad de la gente da pie a una confesión de verdadera fe en Jesús de parte de nosotros sus discípulos. Sin la fe en Jesús es imposible entender sus enseñanzas. Y fruto de esta fe es la adoración.

Adorar no exige esfuerzo de mi voluntad, pues el que adora no dice nada, en la adoración está mudo de estupor. En efecto se trata del primer movimiento interno del hombre delante de Dios. La adoración es la fe en acto, el acto de creer. El catecismo nos dice que los deberes del cristiano frente a Dios son: adorarle, amarle y  servirle. El cristianismo es mucho más que un programa de desarrollo personal o social.

Estar en la presencia de Dios es al mismo tiempo impresionante y fascinante, basta recordar la adoración del Santísimo Sacramento en la playa de Rio de Janeiro con ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud. El Verbo hecho carne está ahí inalcanzable en una gloria que no sabemos explicar, inefable y, al mismo tiempo, con una cercanía que desarma. Por eso entrar en una iglesia no es entrar en un museo. Y uno aprende a rezar de rodillas. Así la adoración se convierte en un camino de Liberación. “El que se inclina ante Jesús no puede ni debe postrarse delante de ningún poder terreno por grande que sea”, decía el Papa Benedicto.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, con bondad, estas ofrendas de tu familia santa, para que, con la ayuda de tu protección, conserve los dones recibidos y llegue a poseer los eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua.

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 17, 20-21
Padre, te ruego por ellos, para que sean uno en nosotros y el mundo pueda creer que tú me has enviado, dice el Señor. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Protege, Señor, con amor constante a quienes has salvado, para que, una vez redimidos por la pasión de tu Hijo, se llenen ahora de alegría por su resurrección. Él que vive y reina por los siglos de los siglos.

OTRAS REFLEXIONES AL EVANGELIO DE HOY

† REFLEXION Evangelio Juan capítulo 6, versículos 60 al 69

Hay que desconfiar de los que venden la felicidad a bajo precio, como sospechamos cuando en el mercado nos brindan la fruta o el pescado casi regalados, seguros de que están podridos o rancios. Ninguna felicidad verdadera es barata.

La felicidad que Cristo nos ofrece es tan luminosa y clara que mucha gente no la ve. Muchos la confunden con estrellas del antojo e ilusiones superficiales y endebles. Pero, claro, cuando a veces esta felicidad verdadera se oculta, se acobardan, se alejan, se amedrentan y como muchos de los discípulos no admiten y ven como inadmisibles las palabras de Jesús.
¿Por qué? Porque eran unos discípulos que buscaban la felicidad barata de los milagros, de los panes y peces gratis, que buscaban y estaban con Jesús mientras no se presentaba ninguna cuesta arriba.

Todas las aventuras con Cristo son calvarios, cuestan. Pero el que se embarque con Él será verdaderamente feliz aunque no vivirá despreocupado y comodón. Habrá cosas que ignorará y no comprenderá, pero quien persevera hasta el final se salvará. Será verdadera y eternamente feliz.

Bendición Hermanos: Hemos optado por Dios cuando recibimos el bautismo. Que nuestra conducta y nuestra vida no contradigan nunca esta opción, sino que la refuercen. Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y les acompañe siempre.


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