lunes, 28 de septiembre de 2020

EUCARISTÍA Septiembre 29, Santoral, Reflexión y Peticiones MARTES 29

 

EUCARISTÍA  Septiembre 29,    Santoral, Reflexión y Peticiones

MARTES 29

Fiesta de los Santos Arcángeles Miguel. Gabriel y Rafael

Blanco MR, p. 843 (832) / Lecc. II, p. 1125

LA VICTORIA DE NUESTRO DIOS Apoc 12,7-12; Jn 1, 47-51

 

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 102, 20

Bendigan al Señor todos sus ángeles, poderosos ejecutores de sus órdenes, prontos a obedecer su palabra.

 

Se dice Gloria.

 

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios, que con admirable armonía distribuyes las funciones de los ángeles y de los hombres, concede, benigno, que aquellos mismos que te asisten, sirviéndote siempre en el cielo, sean los que protejan nuestra vida en la tierra. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

PRIMERA LECTURA**

Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón.

Del libro del Apocalipsis del apóstol san Juan: 12, 7-12

En el cielo se trabó una gran batalla: Miguel y sus ángeles pelearon contra el dragón. El dragón y sus ángeles lucharon ferozmente, pero fueron vencidos y arrojados del cielo para siempre. Así, el dragón, que es la antigua serpiente, la que se llama Diablo y Satanás, la que engaña al mundo entero, fue precipitado a la tierra, junto con sus ángeles.

Entonces yo, Juan, oí en el cielo una voz poderosa, que decía: "Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías, porque ha sido reducido a la impotencia el que de día y de noche acusaba a nuestros hermanos, delante de Dios. Pero ellos lo han vencido por medio de la sangre del Cordero y por el testimonio que dieron, pues su amor a la vida no les impidió aceptar la muerte. Por eso, alégrense los cielos y todos los que en ellos habitan". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

Del libro del profeta Daniel: 7, 9-10.13-14

Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y sus cabellos, blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros. Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

 

SALMO RESPONSORIAL

Del salmo 137, 1-2a. 2bcd-4. 4-5.

R/. Te cantaremos, Señor, delante de tus ángeles.

 

De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo. R/.

Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.

Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa. R/.

 

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Sal 102, 21

R/. Aleluya, aleluya.

Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad. R/.

Verán a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.

 

Del santo Evangelio  san Juan: 1,47-51

En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanae1 se acercaba, dijo: "Éste es un verdadero israelita en el que no hay doblez". Natanael le preguntó: "¿De dónde me conoces?". Jesús le respondió: ''Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera". Respondió Natanae1: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel". Jesús le contestó: "Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver". Después añadió: "Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

 

REFLEXION Evangelio  san Juan: 1,47-51

Los ángeles en algunos círculos parecieran estar de moda, especialmente en los nuevos movimientos religiosos o culturales. En la Biblia también están muy presentes. Se les presenta como agentes de Dios en la historia de la salvación, pero no son objeto central del credo cristiano. En la Tradición de la Iglesia, se celebra de manera conjunta a estos tres Ángeles, que tienen nombre propio, recibido por su misión: Miguel, “¿Quién como Dios?”; Gabriel, “Hombre de Dios”; Rafael, “Medicina de Dios”. Hoy en el evangelio Jesús anticipa un triunfo, que estará marcado por el signo de los Ángeles de Dios, ubicándose entre Jesús y el Cielo, mostrando justamente la condición celestial del Señor. Ellos aparecen como quienes están al servicio. Cabe destacar que de alguna manera este signo, surge como resultado de un encuentro con Natanael a quien Jesús llama a seguirlo, de este modo, si con autenticidad y sin doblez nos dejamos acompañar por el Señor, seremos capaces de seguirlo y contemplaremos cosas mayores.

Nuestro seguimiento y fidelidad al Señor ¿nos ha permitido contemplar su presencia en nuestra vida? ¿De qué manera somos también nosotros reflejo de su presencia y acción?

 

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacrificio de alabanza, llevado ante tu soberana presencia por ministerio de los ángeles, y te pedimos humildemente que lo recibas complacido y hagas que nos sirva para nuestra salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PREFACIO

La gloria de Dios manifestada en los ángeles.

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Y no cesar de alabarte, celebrando a tus ángeles y arcángeles, ya que el honor que les tributamos, redunda en tu gloria y proclama tu grandeza; pues, si es digna de admiración la creatura angélica, lo es inmensamente más aquel que la creó. Por Cristo. Señor nuestro. Por él, adoran tu majestad todos los ángeles, y nosotros, a una con ellos, te adoramos llenos de júbilo, diciendo: Santo, Santo, Santo.

 

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Sal 137, 1

De todo corazón te doy gracias, Señor; te cantaré delante de tus ángeles.

 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Que nos fortalezca, Señor, el pan celestial con que nos has alimentado, para que caminemos seguros por la senda de la salvación bajo la fiel custodia de los ángeles. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

GRUPO DE ORACIÓN DIVINO NIÑO.

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