martes, 5 de mayo de 2020

EUCARISTÍA Mayo 6, Santoral, Reflexión y Peticiones



EUCARISTÍA Mayo 6, Santoral, Reflexión y Peticiones
MIÉRCOLES 6
Blanco Miércoles IV de Pascua MR, p. 370 (371) / Lecc. I, p. 906
BERNABÉ Y SAULO  Hech 12, 24-13,5; Jn 12,44-50
Hech 12, 24-13,5; Jn 12,44-50

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 17, 50: 21, 23
Te alabaré, Señor, ante las naciones y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes, felicidad de los justos, escucha, benigno, nuestras súplicas, para que quienes tienen sed de las promesas de tu generosidad, se vean siempre colmados de la plenitud de tus bienes. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Resérvenme a Saulo y a Bernabé.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 12, 24-13, 5a
En aquel tiempo, la palabra del Señor cundía y se propagaba. Cumplida su misión en Jerusalén, Saulo y Bernabé regresaron a Antioquía, llevando consigo a Juan Marcos.
Había en la comunidad cristiana de Antioquía algunos profetas y maestros, como Bernabé, Simón (apodado el "Negro"), Lucio el de Cirene, Manahén (que se crió junto con el tetrarca Herodes) y Saulo. Un día estaban ellos ayunando y dando culto al Señor, y el Espíritu Santo les dijo: "Resérvenme a Saulo y a Bernabé para la misión que les tengo destinada". Todos volvieron a ayunar y a orar; después les impusieron las manos y los despidieron.
Así, enviados por el Espíritu Santo, Saulo y Bernabé fueron a Seleucia y zarparon para Chipre. Al llegar a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 66, 2-3. 5. 6 Y 8.
R/. Que te alaben, Señor, todos los pueblos. Aleluya.

Ten piedad de nosotros y bendícenos; vuelve, Señor, tus ojos a nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y los pueblos tu obra salvadora. R/.
Las naciones con júbilo te canten, porque juzgas al mundo con justicia; con equidad tú juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las naciones. R/.
Que te alaben, Señor, todos los pueblos, que los pueblos te aclamen todos juntos. Que nos bendiga Dios y que le rinda honor el mundo entero. R/.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
R/. Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida. R/.
Yo he venido al mundo como luz.

Del santo Evangelio san Juan: 12, 44-50
En aquel tiempo, exclamó Jesús con fuerte voz: "El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, para que todo el que crea en mí no siga en tinieblas.
Si alguno oye mis palabras y no las pone en práctica, yo no lo voy a condenar; porque no he venido al mundo para condenar al mundo, sino para salvado.
El que me rechaza y no acepta mis palabras, tiene ya quien lo condene: las palabras que yo he hablado lo condenarán en el último día. Porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que mi Padre, que me envió, me ha mandado lo que tengo que decir y hablar. Y yo sé que su mandamiento es vida eterna. Así, pues, lo que hablo, lo digo como el Padre me lo ha dicho". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN Evangelio san Juan: 12, 44-50
El Evangelio de hoy, más que un discurso doctrinal es una exhortación al discípulo a creer en él. Creer en Jesús es creer en aquel que le ha enviado. Esta frase puede ser un buen extracto del evangelio de Juan. Creer en Jesús es un modo de contemplar a Dios, ya que él es el enviado del Padre, su rostro visible. En este día la proclamación de Jesús sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo», pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar». Por esta relación con el Padre, Jesús puede afirmar que trae luz al mundo para que quienes crean en él y puedan salir así de la oscuridad y caminar permanentemente en la luz. Creer, ver, implica escuchar sus palabras, no sólo oírlas, sino acogerlas y guardarlas. Jesús es la respuesta a los grandes interrogantes que tiene el ser humano, Él se presenta como la luz que brilla en las tinieblas, y hace que nuestras oscuridades vislumbren su resplandor. Jesús es la luz que aclara el horizonte, ayudando a descubrir el lado luminoso de la oscuridad de la fe.
Con mis palabras, con mis acciones ¿soy de los que acogen al Señor como Luz? Los demás ¿ven en mi algo de la luz de Dios?

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Dios nuestro, que por el sano valor de este sacrificio nos hiciste participar de tu misma y gloriosa vida divina, concédenos que, así como hemos conocido tu verdad, de igual manera vivamos de acuerdo con ella. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I-V de Pascua, p. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Cfr. Jn 15, 16. 19
Yo los elegí del mundo, dice el Señor, y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

GRUPO DE ORACIÓN DIVINO NIÑO.
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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones.

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