sábado, 25 de abril de 2020

EUCARISTÍA Abril 26, Santoral, Reflexión y Peticiones




EUCARISTÍA Abril 26, Santoral, Reflexión y Peticiones
DOMINGO 26
Nuestra Madre del Buen Consejo
III Domingo de Pascua MR, p. 359 (360) / Lecc. I, p. 101 LH, salterio de la 3a. Semana
ÉL ENTRÓ PARA QUEDARSE  Hech 2, 14. 22-33; 1 Pe 1,17-21; Lc 24, 13-35

ANTÍFONA DE ENTRADA Cfr. Sal 65, 1-2
Aclama a Dios, tierra entera. Canten todos un himno a su nombre, denle gracias y alábenlo. Aleluya.

Se dice Gloria.

ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que tu pueblo se regocije siempre al verse renovado y rejuvenecido, para que, al alegrarse hoy por haber recobrado la dignidad de su adopción filial, aguarde seguro su gozosa esperanza el día de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
No era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio.
Del libro de los Hechos de los Apóstoles: 2, 14. 22-33
El día de Pentecostés, se presentó Pedro, junto con los Once, ante la multitud, y levantando la voz, dijo: "Israelitas, escúchenme. Jesús de Nazaret fue un hombre acreditado por Dios ante ustedes, mediante los milagros, prodigios y señales que Dios realizó por medio de él y que ustedes bien conocen. Conforme al plan previsto y sancionado por Dios, Jesús fue entregado, y ustedes utilizaron a los paganos para clavarlo en la cruz.
Pero Dios lo resucitó, rompiendo las ataduras de la muerte, ya que no era posible que la muerte lo retuviera bajo su dominio. En efecto, David dice, refiriéndose a él: Yo veía constantemente al Señor delante de mí, puesto que él está a mi lado para que yo no tropiece. Por eso se alegra mi corazón y mi lengua se alboroza; por eso también mi cuerpo vivirá en la esperanza, porque tú, Señor, no me abandonarás a la muerte, ni dejarás que tu santo sufra la corrupción. Me has enseñado el sendero de la vida y me saciarás de gozo en tu presencia. Hermanos, que me sea permitido hablarles con toda claridad. El patriarca David murió y lo enterraron, y su sepulcro se conserva entre nosotros hasta el día de hoy. Pero como era profeta y sabía que Dios le había prometido con juramento que un descendiente suyo ocuparía su trono, con visión profética habló de la resurrección de Cristo, el cual no fue abandonado a la muerte ni sufrió la corrupción. Pues bien, a este Jesús Dios lo resucitó, y de ello todos nosotros somos testigos. Llevado a los cielos por el poder de Dios, recibió del Padre el Espíritu Santo prometido a él y lo ha comunicado, como ustedes lo están viendo y oyendo". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 15, 1-2a y 5.7-8.9-10.11.
R/. Enséñanos, Señor, el camino de la vida. Aleluya.

Protégeme, Dios mío, pues eres mi refugio. Yo siempre he dicho que tú eres mi Señor. El Señor es la parte que me ha tocado en herencia: mi vida está en sus manos. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente. Tengo siempre presente al Señor y con él a mi lado, jamás tropezaré. R/.
Por eso se me alegran el corazón y el alma y mi cuerpo vivirá tranquilo, porque tú no me abandonarás a la muerte ni dejarás que sufra yo la corrupción. R/.
Enséñame el camino de la vida, sáciame de gozo en tu presencia y de alegría perpetua junto a ti. R/.

SEGUNDA LECTURA
Ustedes han sido rescatados con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin mancha.
De la primera carta del apóstol san Pedro: 1, 17-21
Hermanos: Puesto que ustedes llaman Padre a Dios, que juzga imparcialmente la conducta de cada uno según sus obras, vivan siempre con temor filial durante su peregrinar por la tierra.
Bien saben ustedes que de su estéril manera de vivir, heredada de sus padres, los ha rescatado Dios, no con bienes efímeros, como el oro y la plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, el cordero sin defecto ni mancha, al cual Dios había elegido desde antes de la creación del mundo y, por amor a ustedes, lo ha manifestado en estos tiempos, que son los últimos. Por Cristo, ustedes creen en Dios, quien lo resucitó de entre los muertos y lo llenó de gloria, a fin de que la fe de ustedes sea también esperanza en Dios. Palabra de Dios Te alabamos, Señor.

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Lc 24,32
R/. Aleluya, aleluya.
Señor Jesús, haz que comprendamos la Sagrada Escritura. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. R/.
Lo reconocieron al partir el pan.

Del santo Evangelio san Lucas: 24, 13-35
El mismo día de la resurrección, iban dos de los discípulos hacia un pueblo llamado Emaús, situado a unos once kilómetros de Jerusalén, y comentaban todo lo que había sucedido.
Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos; pero los ojos de los dos discípulos estaban velados y no lo reconocieron. Él les preguntó: "¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?". Uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: "¿Eres tú el único forastero que no sabe lo que ha sucedido estos días en Jerusalén?". Él les preguntó: "¿Qué cosa?". Ellos le respondieron: "Lo de Jesús el nazareno, que era un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo. Cómo los sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron.
Nosotros esperábamos que él sería el libertador de Israel, y sin embargo, han pasado ya tres días desde que estas cosas sucedieron. Es cierto que algunas mujeres de nuestro grupo nos han desconcertado, pues fueron de madrugada al sepulcro, no encontraron el cuerpo y llegaron contando que se les habían aparecido unos ángeles, que les dijeron que estaba vivo. Algunos de nuestros compañeros fueron al sepulcro y hallaron todo como habían dicho las mujeres, pero a él no lo vieron".
Entonces Jesús les dijo: "¡Qué insensatos son ustedes y qué duros de corazón para creer todo lo anunciado por los profetas! ¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?". Y comenzando por Moisés y siguiendo con todos los profetas, les explicó todos los pasajes de la Escritura que se referían a él.
Ya cerca del pueblo a donde se dirigían, él hizo como que iba más lejos; pero ellos le insistieron, diciendo: "Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer". Y entró para quedarse con ellos. Cuando estaban a la mesa, tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él se les desapareció. Y ellos se decían el uno al otro: "¡Con razón nuestro corazón ardía, mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras!".
Se levantaron inmediatamente y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, los cuales les dijeron: "De veras ha resucitado el Señor y se le ha aparecido a Simón". Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.

REFLEXIÓN Evangelio san Lucas: 24, 13-35
El entusiasmo religioso que experimentaron los discípulos ante las numerosas señales que Jesús cumplió durante su ministerio galileo, modificó su comprensión acerca de la identidad del Maestro. Estaban ciertos que Jesús de Nazaret era un profeta poderoso en obras y palabras. Cuando ese profeta enviado por Dios terminó sus días aparentemente abandonado en la cruz, los discípulos quedaron sumidos en un profundo desconsuelo. Los discípulos lograron liberarse de esa crisis de sentido gracias a las generosas manifestaciones del Señor resucitado. La esperanza cristiana acerca de la resurrección de Cristo no es una cuestión teórica, sino una vivencia imprescindible en la vida de los discípulos. A partir de esa confianza, podremos fortalecer nuestro espíritu para enfrentar esta hora tan dolorosa que atraviesa nuestro país.

Se dice Credo.

PLEGARIA UNIVERSAL
Invoquemos, amados hermanos, a Cristo, triunfador del pecado y de la muerte, que siempre intercede por nosotros diciendo: R/. Rey de la gloria, resucítanos contigo.
Para que Cristo, el Señor, atraiga hacia sí el corazón de los fieles y fortalezca sus voluntades, de manera que busquen los bienes de allá arriba, donde él está sentado a la derecha de Dios, roguemos al Señor.
Para que Cristo, amo supremo de la creación, haga que todos los pueblos gocen abundantemente de la paz que en sus apariciones otorgó a los discípulos, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el destructor de la muerte y el médico de toda enfermedad, se compadezca de los débiles y desdichados y aleje del mundo el hambre, las guerras y todos los males, roguemos al Señor.
Para que Cristo, el Señor, salve y bendiga nuestra parroquia (comunidad), y conceda la paz, la alegría y el descanso den las fatigas a los que hoy nos hemos reunido aquí para celebrar su triunfo, roguemos al Señor.
Dios nuestro, que en este día, memorial de la Pascua, has reunido a tu Iglesia que peregrina por el mundo, escucha nuestra oración y abre nuestros corazones para que entendamos las Escrituras y reconozcamos a tu Hijo al partir el pan. Él, que vive y reina, inmortal y glorioso, por los siglos de los siglos.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Señor, los dones que, jubilosa, tu Iglesia te presenta, y puesto que es a ti a quien debe su alegría, concédele también disfrutar de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Prefacio I- V de Pascua, pp. 504-508 (500-504).

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Le 24, 35
Los discípulos reconocieron al Señor Jesús, al partir el pan. Aleluya.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Dirige, Señor, tu mirada compasiva sobre tu pueblo, al que te has dignado renovar con estos misterios de vida eterna, y concédele llegar un día a la gloria incorruptible de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Puede utilizarse la fórmula de bendición solemne, p. 608 (602).

GRUPO DE ORACIÓN DIVINO NIÑO.
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Su petición será publicada en nuestras páginas WEBS
P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones.



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