MISA Enero 20 SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
MIÉRCOLES 20
Verde / Rojo
Misa por la Unidad de los cristianos “C” o
San Fabián, Papa y Mártir o
San Sebastián, Mártir
MR pp. 1070 (1116); Lecc. I p. 515.
Otros santos: Beato Cipriano Miguel Iwene Tansi,
presbítero.
LA ENORME CONFIANZA DE DAVID
1 Sm 17, 32-33; 37. 40-51; Mc 3, 1-6
El narrador pone en labios de David un discurso donde resplandece
una sola certidumbre: la absoluta confianza que el joven David tiene en Dios.
La argumentación destaca el contraste abrumador entre las numerosas armas de Goliat
y la debilidad de David, simbolizada en un apoyo aparentemente frágil: el nombre
del Señor. No obstante esta disparidad, David está seguro de que la victoria le
pertenece al Señor; por tanto no hacen falta las armas. Con esa misma actitud
de confianza, el Señor Jesús toma la palabra y se dirige al muchacho del brazo
atrofiado, confiado en que su Padre, que ama apasionadamente a sus hijos, le
auxiliará para restablecer la salud del tullido. Quien ha experimentado la
amorosa compasión divina, sabe que ésta se manifiesta regularmente en favor de
los necesitados.
ANTÍFONA DE ENTRADA Ef 4, 4-6
Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como es también sólo
una esperanza del llamamiento que ustedes han recibido. Un solo Señor, una sola
fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que reina sobre todos,
actúa a través de todo y vive en todos.
ORACIÓN COLECTA
Misa por la Unidad de los cristianos “C”
Mira, Señor, con bondad a tu pueblo y derrama sobre él
los dones de tu Espíritu, para que crezca siempre en él el amor a la verdad y
busque, con firme propósito y con obras, la perfecta unidad de los cristianos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
San Fabián, Papa y Mártir
Dios nuestro, gloria de tus sacerdotes, concédenos que,
mediante la intercesión de tu mártir san Fabián, nos ofreceremos en compartir
su misma fe yen servirte dignamente. Por nuestro Señor Jesucristo...
San Sebastián, Mártir
Concédenos, Señor, el espíritu de fortaleza, para que,
siguiendo el glorioso ejemplo de mártir san Sebastián, aprendamos a obedecerte
a ti antes que a los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA PALABRA
PRIMERA LECTURA
David venció a Goliat con una honda y una piedra.
Del primer libro de Samuel: 17, 32-33. 37. 40-51
En aquellos días, dijo David a Saúl: “Señor, no se
atemorice tu corazón por ese filisteo. Tu siervo irá y peleará con él”. Pero
Saúl le replicó: “Tú no puedes ir a pelear contra Goliat, porque no eres más
que un muchacho, y él, un hombre adiestrado para la guerra desde su juventud”.
David le contestó: “El Señor, que me ha librado de las garras del león y del
oso, me librará también de las manos de ese filisteo”. Saúl le dijo: “Ve, y que
el Señor te ayude”.
Tomó David el cayado que siempre llevaba consigo; escogió
en el arroyo cinco piedras bien lisas, las puso en su morral, y con la honda en
la mano, avanzó hacia el filisteo. Goliat, precedido por su escudero, se fue
acercando a David. El filisteo se le quedó mirando, y cuando vio que era un
joven, rubio y de buena presencia, lo despreció y le dijo: “¿Soy acaso un perro
para que me salgas al encuentro con palos y con piedras?” David le contestó:
“No. Eres peor que un perro”. Entonces Goliat lo maldijo en nombre de sus
dioses y añadió: “Acércate, que yo les echaré tu carne a las aves del cielo y a
las bestias del campo”. David le replicó: “Tú vienes hacia mí con espada, lanza
y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el
Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has insultado. Hoy mismo te va a
entregar el Señor en mis manos; te voy a vencer y te voy a cortar la cabeza, y
voy a echarles tu cadáver y los cadáveres de los filisteos a las aves del cielo
y a las fieras del campo. Así sabrá toda la tierra que hay Dios en Israel, y
toda esa multitud sabrá que el Señor no necesita ni lanzas ni espadas para vencer,
porque él es el Señor de la guerra y los entregará a ustedes en nuestras
manos”.
Cuando el filisteo comenzó a avanzar contra David, éste
corrió a su encuentro, metió la mano en el morral, sacó una piedra, la tiró con
la honda e hirió al filisteo en la frente. La piedra se le clavó en la frente y
el filisteo cayó de boca por tierra. Venció David al filisteo con una honda y
una piedra; lo hirió y lo mató, sin tener espada en la mano. Corrió David a donde
estaba caído el filisteo, tomó su espada, la sacó de la vaina, lo mató y le
cortó la cabeza. Los filisteos, viendo que había muerto su jefe, huyeron.
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 143, 1.2. 9-10
R/. Bendito sea el Señor.
Bendito sea el Señor, mi roca firme; él adiestró mis
manos y mis dedos para luchar en lides.
R/. Él es mi amigo fiel, mi fortaleza, mi seguro
escondite, escudo en que me amparo, el que los pueblos a mis plantas rinde. R/.
Al compás de mi cítara, nuevos cantos, Señor, he de decirte,
pues tú das a los reyes la victoria y salvas a David, tu siervo humilde. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Mt 4, 23
R/. Aleluya, aleluya.
Jesús predicaba la buena nueva del Reino y curaba a la
gente de toda enfermedad. R/.
EVANGELIO
Se le puede salvar la vida a un hombre en sábado o hay
que dejarlo morir?
LECTURA Evangelio según san
Marcos: 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús entró en la sinagoga, don-de había
un hombre que tenía tullida una mano. Los fariseos estaban espiando a Jesús
para ver si curaba en sábado y poderlo acusar. Jesús le dijo al tullido:
“Levántate y ponte allí en medio”.
Después les preguntó: “¿Qué es lo que está permitido
hacer en sábado, el bien o el mal? ¿Se le puede salvar la vida a un hombre en
sábado o hay que dejarlo morir?” Ellos se quedaron callados. Entonces,
mirándolos con ira y con tristeza, porque no querían entender, le dijo al hombre:
“Extiende tu mano”. La extendió, y su mano quedó sana.
Entonces se salieron los fariseos y comenzaron a hacer
planes, con los del partido de Herodes, para matar a Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXION Evangelio Marcos
capítulo 3, versículos 1 al 6
Hace pocos días tuve una tertulia muy interesante. Mi
amigo Óscar, oftalmólogo de profesión, comenzó a describirnos apasionadamente
el mecanismo del ojo humano: la pupila, el iris, la retina... Agustín -mi otro
amigo que completaba el grupo- no disimulaba su desinterés mirando
distraídamente fuera de la ventana.
-¿En qué estás pensado, Agustín? ¿Te parece aburrida la
conversación?-inquirió Óscar.
-No, no. Para nada. Más aún, me distraje pensando ¿de qué
serviría ese maravilloso mecanismo que es el ojo si no existiera la luz?
Pienso que la pregunta del bueno de Agustín nos venga muy
bien para el evangelio de este día. Ningún otro personaje en los evangelios ha
recibido semejante requisitoria por parte de Jesús como los fariseos. Pero,
¿cuál es el motivo por el cual Jesús los «miró con ira»? ¿es que acaso hay algo
malo en cumplir las leyes? Para nada. El mismo Jesús recordará que las leyes
van cumplidas y respetados los que las enseñan, y recuerda a sus oyentes:
«haced lo que os digan, pero no imitéis su conducta (a los fariseos, claro
está)» (Mt. 23) Es aquí donde nos ayuda la pregunta de Agustín: no basta la
gran perfección y ejercitación del ojo humano, no que existan tantas cosas por
ver si no está de por medio la luz; de manera análoga, no basta la Ley de
Moisés sin la Luz que es Cristo que le da su plenitud y sentido. Seamos hijos
de la luz y obremos siempre en la luz de Cristo.
Propósito: Evitar los convencionalismos y responder, con
generosidad, a las necesidades de los demás.
Bendición Hermanos:
“¿Cuándo me visitaron ustedes?” –nos preguntará el Señor. ¡Quizás el mejor día
para visitar a nuestro hermano Jesús en los enfermos sea el domingo, el Día del
Señor! Llevemos con frecuencia la presencia sanadora del Señor a los hermanos.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y
Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos acompañe siempre.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Que el sacrificio que te ofrecemos, Señor, nos purifique
y también haga partícipes, finalmente, de los mismos sacramentos a todos a
quienes nos une un mismo bautismo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio propio
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 17, 21. 23
Que todos sean uno, como tú, Padre, en mí y yo en ti,
somos uno, a fin de que sean uno en nosotros: yo en ellos y tú en mí, para que
su unidad sea perfecta.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con el sacramento de tu Hijo, te pe-dimos, Señor,
que renueves en tu Iglesia la gracia de santificar que le has concedido, y que
todos los que se glorían del nombre cristiano, merezcan servirte en la unidad
de la fe.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
OTRAS REFLEXIONES AL EVANGELIO DE HOY
REFLEXION Evangelio Marcos
capítulo 3, versículos 1 al 6
Jesús no podía más. Dios no quería esta dureza de corazón
ante el que sufre. El bien del hombre y el culto a Dios han de ir siempre
unidos. Una vez más, resuenan, como un trallazo, estas preguntas, ante los asistentes
a la sinagoga: “¿Qué está permitido hacer en sábado, el bien o el mal?”,
“¿Salvarle la vida a un hombre, o dejarlo morir?”.
Jesús es un buen cumplidor de la ley. De hecho, es
sábado, y lo encontramos en la sinagoga, siguiendo la tradición de la ley
judía. Pero, ya van muchas peleas con
los fariseos, y muestra a las claras su enfado. La descripción es rigurosa:
Jesús toma la iniciativa, mira al paralítico y le insta: “Levántate, y ponte en
medio de la asamblea”. A los enemigos les interpela con preguntas radicales,
escuetas, elementales. Les echa una mirada de ira, dolido por tanta
obstinación. La reacción de estos ya nos
la sabemos: se pusieron a planear cómo acabar con él. Y es que, cuando el corazón no está limpio,
no podemos ver el bien que los otros hacen.
¿Cuántas veces tendremos que repetir lo mismo? Solo Dios
y el hombre; solo las relaciones personales de entre Dios y el hombre y de los
hombres entre sí han de contar. Luego, como en todas las cosas humanas, vendrá
la norma, la ley que permita el buen desarrollo de esas relaciones.
Observancia, sí; fundamentalismo, no. Sería una burla a Dios maltratar a sus
hijos y, encima, decir que lo hacemos para honrarle.
Jesús es el que cumple bien la tradición del sábado. Si
el sábado era día de liberación, de alegría, ¿qué mejor manera de celebrarlo
que saliendo al paso del hombre que sufre , y sanarlo? En definitiva, Jesús liberó al paralítico del
fardo, pesado e inútil, volviendo al proyecto inicial de Dios: la humanización
del hombre, la vida justa y feliz que Dios quiere para sus hijos. Jesús, con sus enseñanzas y relación con los
demás, quiebra cualquier estructura que le impide hacer el bien a los otros.
Dicen que esta actitud es una de las más claras características de un
cristianismo auténtico.
Sigamos a Jesús, alegrémonos de tanta gente que hace el
bien, miremos con tristeza cuando vemos un corazón duro y seamos lo primeros en
compadecernos de tanta gente que sufre.
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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones, cuando sea menester ayúdenos con sus oraciones.
Cursillista M.E. Winston Pauta
Avila
Guayaquil - Ecuador
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