MISA Junio 30, SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
VIERNES 30
Verde / Rojo Feria o Memoria de Los Primeros Mártires de La Iglesia Romana, MR p. 742 (766) 878 (917). / Lecc. p. II 493 o Misa del misterio de La Santa Cruz** MR, p. 1117 (727)
UN DIOS CERCANO
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que consagraste con la sangre de los mártires los fecundos comienzos de la Iglesia de Roma, concédenos que su valor en tan arduo combate nos fortalezca, y su gloriosa victoria nos llene siempre de alegría.
Por nuestro Señor Jesucristo...
PRIMERA LECTURA
Todos sus hijos varones serán circuncidados, como señal de la alianza. —Sara te dará un hijo.
Del libro del Génesis: 17, 1. 9-10. 15-22
Cuando Abram tenía noventa y nueve años, se le apareció el Señor y le dijo: "Yo soy el Dios todopoderoso. Camina en mi presencia y séme fiel. Cumple mi alianza tú y tu posteridad, de generación en generación. La alianza que hago contigo y tus descendientes, y que tienen que cumplir, consiste en que todos sus hijos varones serán circuncidados".
Saray, tu esposa, ya no se llamará Saray, sino Sara. La bendeciré y ella te dará un hijo, y yo lo bendeciré; de él nacerán pueblos y reyes de naciones".
Abraham se postró en tierra y se puso a reír, diciendo en su interior: "¿Podrá un hombre de cien años tener un hijo, y Sara, a sus noventa, podrá dar a luz?"
Entonces Abraham le dijo a Dios: "Me conformo con que le conserves la vida a Ismael". Dios le respondió: "Sara, tu esposa, te dará un hijo y le pondrás por nombre Isaac. Con él y con sus descendientes estableceré mi alianza, una alianza perpetua.
En cuanto a Ismael, también te he escuchado. Lo bendeciré, lo engrandeceré y haré que su descendencia sea muy numerosa; engendrará doce príncipes y será padre de un gran pueblo. Pero mi alianza la estableceré con Isaac, el que Sara te dará a luz el año que viene, por estas fechas".
Y cuando Dios terminó de hablar con Abraham, se retiró. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 127, 1-2. 3. 4-5
R/. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos; comerá del fruto de su trabajo, será dichoso, le irá bien. R/.
Su mujer, como vid fecunda, en medio de su casa; sus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de su mesa. R/.
Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor: "Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida". R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Mt 8, 17
R/. Aleluya, aleluya.
Cristo hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestros dolores. R/.
EVANGELIO
Señor, si quieres, puedes curarme.
LECTURA Evangelio Mateo: 8, 1-4
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó de la montaña, lo iba siguiendo una gran multitud. De pronto se le acercó un leproso, se postró ante Él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes curarme". Jesús extendió la mano y lo tocó, diciéndole: "Sí quiero, queda curado".
Inmediatamente quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: "No le vayas a contar esto a nadie. Pero ve ahora a presentarte al sacerdote y lleva la ofrenda prescrita por Moisés para probar tu curación". Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXION Evangelio Mateo: 8, 1-4
Señor, ayúdame a sentir el drama de este leproso. Estaba rompiendo la Ley, que le prohibía acercarse a menos de 50 pies de una persona sana, o saludarlas. Cuando la fe de este hombre rompió las limitaciones legales, Jesús no sólo le habló, sino que además lo tocó. Jesús no puede soportar vernos separados de El.
Cuando la Presidente Irlandés Mary McAleese visitaba una colonia de leprosos en Uganda, ella fue instalada a una distancia segura de los leprosos que escuchaban. Como Jesús, ella rompió el protocolo, caminó hasta ellos, y junto a su esposo les estrechó sus manos, en algunos casos los muñones de sus brazos. Anonadados por su gesto, ellos estallaron en cánticos de alegría: un profundo momento de Gracia.
La acogida de Jesús al enfermo de lepra fue totalmente opuesta a la actitud social de ese tiempo. El leproso era un desterrado, contagioso y evitado. Que alguien se acercara a él era muy poco común. Por temor, nadie tocaba a un leproso. En muchas de las reuniones de Jesús se destacaba el hecho que nadie era rechazado, y todos eran bienvenidos a su casa, a su mesa, a su presencia. Por eso es que podemos orar en cualquier momento, "entregándonos al misterio de ser amados y sanados".
Gran parte de la vida y obras de Jesús la ocupó junto a los enfermos y discapacitados, y a menudo con personas como este leproso que nadie quería. En la mente y el corazón de Jesús, nadie deja de ser querido. A lo largo de nuestras vidas, Jesús desea que lo acompañemos, ofreciéndonos su amor y su llamado, pidiendo sólo nuestro amor y nuestro esfuerzo para amar a los demás. "¿Cómo puedo pagar a Dios por su bondad hacia mí?" es un salmo que podemos orar, a medida que tomamos conciencia de todo lo que Jesús hace por su pueblo.
La experiencia del hombre leproso me inspira a comenzar mi oración de hoy, no presentando una solicitud, sino que con la frase: "Señor, si es lo que Tú deseas, Tú podrías.
Jesús envía al hombre a presentarse al sacerdote, diciéndole que no le cuente a nadie del milagro que lo sanó, sino que lo que lo presente a Dios y que le muestre su gratitud. Pienso en que yo necesito darme más tiempo para reflexionar, para orar y para actos de agradecimiento.
Intenciones
Con todos los que buscan perdón y reconciliación, clamamos a ti, Señor; y con todos los que han encontrado perdón y que también saben perdonar, te damos gracias, Señor. R/ Señor, escucha nuestra oración.
Con todos los rechazados y excluidos por sus comunidades, clamamos a ti, Señor; y con todos los que acogen a sus hermanos y restauran su dignidad, te alabamos, Señor. R/ Señor, escucha nuestra oración.
Con todos los que ocultan con soberbia sus sufrimientos, clamamos a ti, Señor; y con todos los que los comparten humildemente con los demás y los inspiran, te alabamos, Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Recibe, Padre santo, las ofrendas que te presentamos y a nosotros tus siervos concédenos permanecer siempre firmes en la confesión de tu nombre. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 22,28-30
Ustedes han perseverado conmigo en mis pruebas, dice el Señor, y yo les voy a dar el Reino, para que en él coman y beban a mi mesa.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN.
Señor Dios, que en tus santos mártires manifestaste de modo admirable el misterio de la cruz, concede, benigno, que, fortalecidos por este sacrificio, permanezcamos fielmente adheridos a Cristo y trabajemos en la Iglesia por la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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