MEDITACIÓN
No.
49 Camino
Octubre
26
Había
una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una
noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La
ciudad era muy oscura en las noches sin luna .
En
determinado momento, se encuentra con un amigo.
El
amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se
da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
-
¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano?
Si
tú no ves...
Entonces,
el ciego le responde:
-
Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las
calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me
vean a mi...
-
No solo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para
que otros puedan también servirse de ella.
Cada
uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por
otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar
el camino de los otros no es tarea fácil...Muchas veces en vez de alumbrar
oscurecemos mucho más el camino de los demás...¿Cómo? A través del desaliento,
la crítica, el egoísmo, el desamor, el odio, el resentimiento...
¡Qué
hermoso sería sí todos ilumináramos los caminos de los demás.¡
Abra
por favor la siguiente pagina WEB
http://grupodeoraciondivinonio.blogspot.com/
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Su
petición será publicada en nuestras páginas WEBS
P.D.
No olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones,
Cursillista M. E. Winston Pauta Avila
wpauta@yahoo.es,
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