
MISA Marzo 5 SANTORAL, PETICIONES Y REFLEXIONES
SÁBADO 5
Morado Feria de Cuaresma MR p. 224 (236); Lecc. I, p. 754
LH Vísperas I del domingo: 4a. Semana del Salterio. Tomo II: pp. 1412, 3 y 248
Para los fieles: pp. 722 y 178 Edición popular: pp. 289 y 433 Otros
Santos: Teófilo de Cesarea, obispo; Juan José de la Cruz,
presbítero. Beato Cristóbal Macassoli de Milán, presbítero.
ESTAR BIEN CON DIOS
ANTÍFONA DE ENTRADA Sal 102, 2-3
Bendice, alma mía, al Señor, y no te olvides de sus
beneficios, pues Él perdona todas tus culpas.
ORACIÓN COLECTA
Llenos de alegría por la celebración anual de esta
Cuaresma, te rogamos, Señor, que, frecuentando los sacramentos pascuales,
gocemos de la plenitud de sus frutos.
Por nuestro Señor Jesucristo...
LITURGIA DE LA
PALABRA
PRIMERA LECTURA
Yo quiero misericordia y no sacrificios.
Del libro del profeta Oseas: 6, 1-6
Esto dice el Señor: "En su aflicción, mi pueblo me
buscará y se dirán unos a otros: 'Vengan, volvámonos al Señor; él nos ha
desgarrado y él nos curará; él nos ha herido y él nos vendará. En dos días nos
devolverá la vida, y al tercero, nos levantará y viviremos en su presencia.
Esforcémonos por conocer al Señor; tan cierta como la
aurora es su aparición y su juicio surge como la luz; bajará sobre nosotros
como lluvia temprana, como lluvia de primavera que empapa la tierra'.
¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer
contigo, Judá? Su amor es nube mañanera, es rocío matinal que se evapora. Por
eso los he azotado por medio de los profetas y les he dado muerte con mis
palabras. Porque yo quiero misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios,
más que holocaustos".
Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 50, 3-4. 18-19. 20-21ab
R/. Misericordia quiero, no sacrificios, dice el Señor.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate
de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos, y purifícame de
mis pecados. R/.
Tú, Señor, no te complaces en los sacrificios y si te
ofreciera un holocausto, no te agradaría. Un corazón contrito te presento, y a
un corazón contrito, tú nunca lo desprecias. R/.
Señor, por tu bondad, apiádate de Sión, edifica de nuevo
sus murallas. Te agradarán entonces los sacrificios justos, ofrendas y
holocaustos. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Cfr. Sal 94, 8
R/. Honor y gloria a ti, Señor Jesús.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: "No
endurezcan su corazón".
EVANGELIO
El publicano regresó a su casa justificado y el fariseo
no.
LECTURA Evangelio Lucas
capítulo 18, versículos 9 al 14
En aquel tiempo, Jesús dijo esta parábola sobre algunos
que se tenían por justos y despreciaban a los demás:
"Dos hombres subieron al templo para orar: uno era
fariseo y el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
'Dios mío, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones,
injustos y adúlteros; tampoco soy como ese publicano. Ayuno dos veces por
semana y pago el diezmo de todas mis ganancias'.
El publicano, en cambio, se quedó lejos y no se atrevía a
levantar los ojos al cielo. Lo único que hacía era golpearse el pecho,
diciendo: 'Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador'.
Pues bien, yo les aseguro que éste bajó a su casa justificado
y aquél no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla
será enaltecido". Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXION Evangelio Lucas capítulo 18, versículos 9 al 14
Guía para la oración personal con este pasaje.
V.9. “Se tenían por justos”. La parábola está dirigida a
los que se tienen por buenos; o sea, a todos nosotros. Todos nosotros somos “el
buen fariseo”. Yo también. Ahí está nuestro orgullo religioso. Es normal que
quien se tiene por justo desprecie a los demás. Pero, aunque no hubiera
desprecio, el tenerse por justo impide el encuentro con Dios. Porque no hay
nadie justo; y nadie puede conquistar a Dios ni ganar la salvación.
V.10. La elección de personajes, una elección provocativa.
Con ella, Jesús deja más clara su enseñanza. ¡Qué valiente eres, Señor!
V.11-12. El fariseo bueno, que cumple toda la ley. Está
bien dar gracias a Dios; pero no por mis méritos, sino por lo que él hace en
mí. Porque él gratuitamente me está transformando. O sea, demos gracias, con la
actitud contraria a la de este fariseo.
V.13. El publicano. No me gusta identificarme con él. No
soy tan malo como él. No soy el publicano. Siento rechazo a identificarme con
él. Claro, porque soy el fariseo. Pero hago un esfuerzo y me meto en la piel
del publicano. Y oro con sus palabras. Ten compasión de mí.
V.14. ¿Quién fue salvado? ¿Se salvó él o lo salvó Dios
gratuitamente? Señor, justifícame tú, sálvame tú, santifícame tú, pues yo no
puedo, por mucho que me esfuerce. Dame tu perdón y salvación gratuita. Ablanda
mi corazón con tu gracia. Con esto, fluirán mis obras buenas como consecuencia
de tu salvación gratuita.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor Dios, de cuya gracia nos viene que podamos,
contritos de corazón, acercarnos a tus sacramentos, concédenos que, al
celebrarlos dignamente, podamos rendirte una alabanza perfecta. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Prefacio I-V de Cuaresma, pp. 492-496 (493-497).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Lc 18, 13
El publicano, en cambio, se quedó lejos, se golpeaba el
pecho y decía: Dios mío, apiádate de mí, que soy un pecador.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Concédenos, Dios misericordioso, tributar digno homenaje
a estos santos misterios, con los que sin cesar nos alimentas, y recibirlos
siempre con espíritu de fe. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE EL PUEBLO
Opcional
Despliega, Señor, sobre tus fieles el auxilio de tu mano
poderosa, para que podamos buscarte de todo corazón y merezcamos recibir lo que
dignamente te pedimos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
OTRAS REFLEXIONES AL EVANGELIO DE HOY
REFLEXION Evangelio Lucas
capítulo 18, versículos 9 al 14
El tema que la Palabra de Dios nos propone hoy lo ha
expresado con toda claridad el Papa Francisco en múltiples ocasiones: “La
esencia del cristianismo es reconocerse necesitado de la misericordia de
nuestro Padre Dios”. Sólo así conseguimos vivir de verdad nuestra fe como
creyentes.
El amor y el perdón de Dios son la gran novedad que
proclama el salmo de hoy. Es bueno orar con él
cuando nos sentimos abrumados por nuestras culpas. Necesitamos de la
bondad de un Dios Padre que nos abraza y nos perdona absolutamente todo,
siempre, sin cansarse.
A veces nos hacemos la pregunta: ¿Qué tengo que hacer
para merecer el perdón de Dios? ¿Cómo estaré seguro de que Dios me ha
perdonado? ¿Es suficiente con confesarse?
Para responder a esas preguntas Jesús dijo la parábola
que leemos hoy.
Algunos, teniéndose por justos, santos y limpios, se
sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás. Cumplían a cabalidad una serie de normas y
preceptos y por eso se sentían con todo el derecho de presentar en su oración
una especie de «cobro» a Dios.
Jesús desenmascara esta actitud y abiertamente declara
perdonado al hombre que delante de Dios se siente pecador, necesitado del amor
y de la compasión divina. Mientras que el otro, el fariseo, no logra el perdón,
porque cree que no la necesita y por tanto, no lo pide.
Si uno pide con fe, el Señor siempre nos escucha:
“El único sobreviviente de un naufragio fue visto sobre
una pequeña isla. Estaba orando fervientemente y pidiendo a Dios que lo
rescatara, y todos los días revisaba el horizonte buscando ayuda, pero ésta
nunca llegaba.
Aburrido y para pasar el rato empezó a construir una
pequeña cabaña para protegerse y proteger sus pocas pertenencias. Un día,
después de andar buscando comida por el interior de la isla, regresó y encontró
la pequeña choza en llamas, el humo subía hacia el cielo...Todo lo poco que
tenía se había perdido. Desesperado, cayó de rodillas en la playa y le gritó a
Dios:
-“Dios mío, ¿cómo pudiste hacerme esto?
Y se quedó dormido por la tristeza sobre la arena.
Temprano, a la mañana siguiente, escuchó asombrado la
sirena de un barco que se acercaba a la isla. Al principio creyó que se trataba
de un sueño. Pero ante el repetido sonar de la sirena, se convenció de que era
verdad: ¡¡¡venían a rescatarlo!!!
Una pequeña lancha se acercó hasta la orilla y unos
marineros lo invitaron a subir.
El pobre náufrago sólo acertó a preguntar:
-Pero, señores, ¿cómo supieron que yo estaba aquí
perdido?
-Vimos las señales de humo que nos hiciste, respondieron
ellos.
Nuestro Padre Dios siempre está a nuestro favor y hasta
las cosas más difíciles se pueden convertir en una bendición”.
PARA LA REFLEXIÓN PERSONAL
• Mirando de cerca esta parábola, ¿yo soy como el fariseo
o como el publicano?
• Hay personas que dicen que no saben rezar, pero hablan
todo el tiempo con Dios. ¿Conoces a personas así?
Bendición Hermanos:
Dios nos curará y vendará nuestras heridas.
No nos jactemos de nosotros mismos, sino regocijémonos
por el amor paciente y por la bondad sin límites del Señor hacia nosotros.
Y que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y
Espíritu Santo descienda sobre nosotros y permanezca para siempre.
Abra por favor la
siguiente pagina WEB
https://www.facebook.com/GrupoDeOracionDivinoNino?ref=bookmarks
Su petición será
publicada en nuestras páginas WEBS
P.D. No olvide que
hay hermanos que también necesitan
oraciones, cuando sea menester ayúdenos con sus oraciones.
Cursillista M. E. Winston Pauta Avila
Guayaquil -
Ecuador
wpauta@yahoo.es,
No hay comentarios:
Publicar un comentario