EUCARISTÍA Julio 22, Santoral, Reflexión y Peticiones.
MIÉRCOLES 22
Santa María Magdalena
Blanco Fiesta MR, p. 788 (775) / Lecc. III, p. 84
HUMANIDAD NUEVA 2 Cor 5,14-17; Jn 20, 1-2. 11-18
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 20, 17
Dijo Jesús a María Magdalena: Ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Unigénito el encargo de anunciar el gozo pascual, concédenos por su intercesión que, siguiendo su ejemplo, anunciemos a Cristo resucitado y merezcamos contemplarlo reinando en el cielo. El, que vive y reina contigo.
PRIMERA LECTURA
Ya no juzgamos a Cristo con criterios humanos.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5,14-17
Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 62, 2. 3-4. 5-6. 8-9.
R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. R/.
Para admirar tu gloria y tu poder, anhelo contemplar te en el santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.
Podré así bendecirte mientras viva y levantar en oración mis manos. De lo mejor se saciará mi alma; te alabaré con júbilo en los labios. R/.
Fuiste mi auxilio y a tu sombra, canté lleno de gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
¿Qué has visto de camino, María en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada. R/.
Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?
Del santo Evangelio san Juan: 20,1-2.11-18
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto".
Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?". Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó: "¡Rabbuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios' ".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXION san Juan: 20,1-2.11-18
María, y todos los demás, tenían que aprender que Jesús resucitado era diferente del Jesús de antes de la crucifixión. Tenían que dejar ir al Jesús anterior y aprender a relacionarse de una forma muy diferente con el “nuevo” Jesús.
Así, se le pide a ella hacer lo que cualquier cristiano está supuesto de hacer: ir y contar a los otros discípulos que ella había visto al Señor y compartir con ellos lo que él le había dicho. “He visto al Señor”. No solo está transmitiendo una doctrina, sino que compartiendo una experiencia, que es lo que estamos llamados a hacer.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de santa María Magdalena, con el mismo agrado con el que tu Unigénito aceptó su homenaje de amor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio Propio. Apóstol de los Apóstoles. (Aprobado: Prot. N 199/18)
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, aclamarte siempre, Padre todopoderoso, grande en misericordia no menos que en poder, por Cristo, Señor nuestro.
Él se apareció en el huerto a María Magdalena: la que lo había amado cuando vivía, lo había visto morir en la cruz, lo había buscado en el sepulcro donde yacía, y había sido la primera en adorarlo al resucitar de entre los muertos; a ella le confirió el oficio de ser apóstol para los mismos apóstoles, para que la buena noticia de la vida nueva se anunciara hasta los confines de la tierra.
Por eso, Señor, también nosotros, llenos de alegría, te aclamamos con los ángeles y los santos, diciendo:
Santo, Santo, Santo.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Co 5,14-15
El amor de Cristo nos apremia a que no vivamos para nosotros mismos, sino sólo para él, que por nosotros murió y resucitó.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la santa recepción de tu sacramento, infunda en nosotros aquel amor perseverante con el que santa María Magdalena estuvo siempre unida a Cristo, su maestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
GRUPO DE ORACIÓN DIVINO NIÑO.
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P.D. No olvide que hay hermanos que también necesitan oraciones.
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