EUCARISTÍA Julio 22, Santoral, Reflexión y Peticiones
Liturgia Viva del Santa María Magdalena
Lunes, 22 de julio de 2019
Fiesta de Santa María Magdalena
Blanco MR. p. 788 (775) / Lecc. III, p. 84
UNA MIRADA RESUCITADA Cant 3, 1-4; Jn 20, 1-2. 11-18
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 20, 17
Dijo Jesús a María Magdalena: Ve a mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios.
Se dice Gloria
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, que quisiste que santa María Magdalena fuera la primera en recibir de tu Unigénito el encargo de anunciar el gozo pascual, concédenos por su intercesión que, siguiendo su ejemplo, anunciemos a Cristo resucitado y merezcamos contemplarlo reinando en el cielo. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA**
Encontré al amor de mi alma.
Del libro del Cantar de los cantares: 3,1-4
Esto dice la esposa: "En mi lecho, por las noches, a mi amado yo buscaba. Lo busqué, pero fue en vano. Me levantaré. Por las plazas y barrios de la ciudad buscaré al amor de mi alma.
Lo busqué, pero fue en vano. Y me encontraron los guardias de la ciudad, y les dije: `¿Qué no vieron a aquel que ama mi alma?'. Y apenas se fueron, encontré al amor de mi alma". Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
De la segunda carta del apóstol san Pablo a los corintios: 5,14-17
Hermanos: El amor de Cristo nos apremia, al pensar que si uno murió por todos, todos murieron. Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
Por eso nosotros ya no juzgamos a nadie con criterios humanos. Si alguna vez hemos juzgado a Cristo con tales criterios, ahora ya no lo hacemos. El que vive según Cristo es una creatura nueva; para él todo lo viejo ha pasado. Ya todo es nuevo. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 62, 2.3-4. 5-6. 8-9.
R/. Señor, mi alma tiene sed de ti.
Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. R/.
Para admirar tu gloria y tu poder, anhelo contemplarte en el santuario. Pues mejor es tu amor que la existencia; siempre, Señor, te alabarán mis labios. R/.
Fuiste mi auxilio y a tu sombra, canté lleno de gozo. A ti se adhiere mi alma y tu diestra me da seguro apoyo. R/.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO
R/. Aleluya, aleluya.
¿Qué has visto de camino, María en la mañana? A mi Señor glorioso, la tumba abandonada. R/.
Mujer ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?
Del santo Evangelio san Juan: 20, 1-2. 11-18
El primer día después del sábado, estando todavía oscuro, fue María Magdalena al sepulcro y vio removida la piedra que lo cerraba. Echó a correr, llegó a la casa donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo habrán puesto".
María se había quedado llorando junto al sepulcro de Jesús. Sin dejar de llorar, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados en el lugar donde había estado el cuerpo de Jesús, uno en la cabecera y el otro junto a los pies. Los ángeles le preguntaron: "¿Por qué estás llorando, mujer?". Ella les contestó: "Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo habrán puesto". Dicho esto, miró hacia atrás y vio a Jesús de pie, pero no sabía que era Jesús. Entonces él le dijo: "Mujer, ¿por qué estás llorando? ¿A quién buscas?". Ella, creyendo que era el jardinero, le respondió: "Señor, si tú te lo llevaste, dime dónde lo has puesto". Jesús le dijo: "¡María!". Ella se volvió y exclamó: "¡Rabbuní!", que en hebreo significa 'maestro'. Jesús le dijo: "Déjame ya, porque todavía no he subido al Padre. Ve a decir a mis hermanos: 'Subo a mi Padre y su Padre, a mi Dios y su Dios' ".
María Magdalena se fue a ver a los discípulos para decirles que había visto al Señor y para darles su mensaje. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús.
REFLEXIÓN Evangelio san Juan: 20, 1-2. 11-18
María, y todos los demás, tenían que aprender que Jesús resucitado era diferente del Jesús de antes de la crucifixión. Tenían que dejar ir al Jesús anterior y aprender a relacionarse de una forma muy diferente con el “nuevo” Jesús.
Así, se le pide a ella hacer lo que cualquier cristiano está supuesto de hacer: ir y contar a los otros discípulos que ella había visto al Señor y compartir con ellos lo que él le había dicho. “He visto al Señor”. No solo está transmitiendo una doctrina, sino que compartiendo una experiencia, que es lo que estamos llamados a hacer. ES,
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la conmemoración de santa María Magdalena, con el mismo agrado con el que tu Unigénito aceptó su homenaje de amor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Prefacio I o II de los santos, pp. 538-539 (534-535).
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN 2 Co 5, 14-15
El amor de Cristo nos apremia a que no vivamos para nosotros mismos, sino sólo para él, que por nosotros murió y resucitó.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, que la santa recepción de tu sacramento, infunda en nosotros aquel amor perseverante con el que santa María Magdalena estuvo siempre unida a Cristo, su maestro. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
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